𝐆𝐈𝐅𝐓𝐒 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐂𝐑𝐔𝐒𝐇 ✧️ yeonbin

↷Capítulo 29

Las risas se podían escuchar por toda la cafetería, Soobin miraba de un lado a otro, todos lo miraban, lo señalaban, se burlaban de él.

—Qué patético —mencionó uno de sus agresores—, ¿vas a llorar? ¿En verdad lo harás?

De nuevo más risas, todas tan estruendosas, escandalosas. Sentía que podía romperle los oídos en cualquier momento, todas llenas de burlas, espantoso, simplemente espantoso. Todas esas miradas sobre él, y esos tres que se encontraban con él, burlándose más de cerca ¿Por qué? ¿Por qué Yoo Kihyun tenía que ser parte de esas tres personas?

—¡Hey, Marica! —esa voz, Kihyun. Lo miró y se arrepintió de hacerlo, prácticamente le había escupido en la cara la maldita leche de vainilla que estaba tomando—. ¿No te gusta? ¡Si bien te gusta la leche de los hombres!

Mas risas, lo odia ¿Cómo se atrevía a hacerle algo como eso? Se supone que están saliendo ¿Por qué simplemente se atreve hacer algo como aquello? ¿Por qué le insulta de ese modo? ¿Marica? No son tan diferentes entonces.

—Miren, se enojó el mariquita ¡Deja de comportarte como una nena! —y ahora un empujón de parte de otro, pero Soobin no podía dejar de mirar a Kihyun.

¿Así era la manera en la que le demostraba alguna clase de protección y amor que tanto le decía? Si era así como todos se comportaban, definitivamente no quería volver a enamorarse de nuevo.

—Parece que le gustas al marica, Kihyun —lo empujaron de nuevo haciéndole burla.

—¿Yo? ¿Cómo pueden creer eso? A mí no me gustan los hombres —y ahora se acercó a Soobin—, sera mejor que dejes de mirarme si no quieres que algo malo te pase ¿Quieres recibir una paliza? ¿Eso es lo que quieres?

Soobin bajó la cabeza, y de nuevo más risas, odiaba esa escuela, lo único que quería era salir de inmediato, quería que lo cambiaran de secundaria, pero sabía que hasta para su madre sería difícil hacer algo como eso, el dinero no es suficiente, así que tendría que soportar, al menos no faltaba mucho para que todo eso terminara, así que podía liberarse de aquello y poder volver a sonreír

Terminó de colocarse el suéter y se miró al espejo, de nuevo esos recuerdos, odiaba que eso pasara por su cabeza y más ahora, pensaba que podía por lo menos despertar con una sonrisa, pero ese maldito recuerdo que llegó a sus sueños solo lo hizo levantarse muy desanimado.

Miró hacia su cama, su mochila estaba allí encima, además de que tenía aquel pequeño regalo que le había dado Choi Yeonjun, sonrió al verlo, de solo pensar en aquel peliazul había buscado su dirección solo para entregarle un regalo, hacía que su corazón se sintiera cálido, definitivamente perfecto.

Y esta vez la sonrisa estaba más que puesta en él, caminó hacia su cama y tomó la mochila para colocar ambas correas en cada uno de sus hombros y salir de la habitación, Seokjin entraría tarde hoy, así que tendría que irse solo, sabía que seguramente estaría más que dormido. Sus pasos lo llevaron hasta la cocina, y allí tomó una manzana y por fin emprendió camino hacia la universidad.

—¡Soobin! —se detuvo para mirar hacia atrás, Beomgyu sonrió en su dirección mientras se dirigía hacia él—. ¡Buenos días!

—Buenos días —mencionó Soobin con una pequeña sonrisa.

—¿Pasó algo? ¿Te reconciliaste con Yeonjun?

—Lo hice —soltó un suspiro—, pero... he soñado de nuevo con... con aquél día.

Beomgyu sabía que Soobin había estado soñando con el maldito recuerdo de Kihyun haciéndole daño, toda aquella humillación de aparte de aquel chico, Beomgyu solo quería ir a la facultad de química industrial y darle una paliza a ese idiota por haberle hecho tanto daño a Soobin en el pasado, seguramente si algo como eso no hubiese sucedido, entonces Soobin estaría ahora mismo siendo novio de Yeonjun.

—Deja de pensar en eso, hermano — pasó su brazo por los hombros de Soobin—, lo importante es que ahora tienes a alguien que vale la pena.

Soobin sonrió mientras daba pequeños asentimientos.

—Debo decir qué tienes toda la razón, pero aún así debo estar alerta.

—Baja la guardia —mencionó Beomgyu—, Yeonjun está esperando que le dejes un pequeño hueco en tu corazón para que así pueda demostrarte que es el indicado ¡Sólo déjalo entrar! No perderás el tiempo, y él sí vale la pena y lo sabes.

—Lo sé, pero recuerda que soy algo desconfiado al respecto, me gusta Yeonjun, pero aún así no quiero precipitarme y que después me rompan el corazón como hace tiempo.

—No todo en el amor es malo, Soobin —Beomgyu quería que Soobin viera que con Yeonjun podía tener la mejor experiencia que siempre en los cuento de hadas te dan, un felices para siempre—, ¡sólo dile que sí!

—Tal vez lo haga después —Soobin soltó un suspiro.

A su cabeza llegó el recuerdo del beso que le dio el anterior día, ni siquiera sabía de donde había sacado el valor para decirle que podía hacerlo, que no esperara más y que lo hiciera, debía admitir que darle un espacio en su vida a Yeonjun, valía cada maldito segundo, el chico en verdad lo ama y se lo está demostrando, pero aún así siente que debe estar alerta, no quiere que algo como lo anterior suceda de nuevo, no lo soportaría, y menos si es de parte de Yeonjun.

—¡Vamos! —la exclamación de Beomgyu hizo que dejara un lado sus pensamientos—. ¡A este paso llegaremos tarde! Y tengo examen.

—¿De nuevo? Déjame adivinar ¿parte del cuerpo? —preguntó Soobin.

—No, bueno es en parte, pero creo que nos traerán un sujeto de muestra.

—Por favor, dime qué es un maniquí con órganos de plastilina —mencionó Soobin, no le gustaba para nada la idea de ver un cadáver.

—Lamento decirte que a mí me agradaría que así fuera, pero la realidad no es tan linda —Soobin mostró una mueca, estaba asqueado por eso—, ¿cómo te puede gustar el terror si ni siquiera soportas ver un cadáver?

—¿Cómo te puede gustar medicina si te desmayaste una vez al sacar sangre?

Y de nueva cuenta, Beomgyu terminó siendo callado por Soobin.

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