Capítulo 46

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──Cheiko. ──hizo una pequeña pausa al tomar sus manos.── ella está sana y salva.

Un remoltijo de emociones se abalanzaron sobre su alma, el miedo fue opacado por un alivio inmensurable.

──Mi niña. ──sollozo en silencio, dejándose llevar por las caricias del hombre en señal de consuelo.── mi linda manzana... ¿Dónde está?.

──Aquí madre.

Seina no dudo en correr a su progenitora y quedarse entre sus brazos cálidos, siendo recibida entre lágrimas que tampoco podía contener.

──Estoy aquí. ──sonrió ampliamente ante las caricias en sus mejillas rojas.── jamás me iré.

Los dos pares de ojos esmeraldas brillaban con tanta felicidad que podían ver el reflejo de la otra.

──¿Te has revisado con algún doctor?. ──preguntó cambiando de tema.

──No tiene nada malo. ──informó el rubio a los adultos ignorando una mirada de reproche por parte de su pareja.── el criminal fue uno de mis subordinados, lo lamento.

──Manjiro...

──No importa.

Hubo sorpresa en los presentes, la mujer que siempre había sido dura con el rubio desde que supo quien era realmente tenía una leve sonrisa al decir esas palabras.

──La trajiste a salvo, eso es lo único que importa. ──abrazo con algo de fuerza a su hija que sintió un poco de vergüenza.── gracias.

Manjiro asintió haciendo una reverencia.

──¡Seina!.

──Oh. ──exclamó separándose un poco de su madre.── Rina, Hikari.

Aún estando sentada recibió un abrazo grupal.

──¡Me alegro que estés bien!.

──¡Es un milagro!.

──Tranquilas. ──les dio un par de palmadas al verlas temblar.── ¿Cómo sabían dónde estaba?.

Ambas chicas se miraron siendo Rina la que se ocupó de contar toda la historia y como había sucedido, mientras abandonaban la habitación de su progenitora para dejarla descansar de tantas emociones.

──Entiendo, ¿Por qué no le dijeron a Manjiro sobre esto?.

──Tomamos las medidas necesarias.

Seina sonrió.

──Buen trabajo.

──¡Hey Rose!.

Kokonoi apareció dándole un abrazo de imprevisto a la del apodo, cuando quiso darse cuenta habían más de sus amigos.

──¿Qué hacen aquí?.

──Yo les llamé. ──informó sonriente el rubio.── querían saber cómo estabas.

──Seina.

Ella se dio la vuelta y comprobando de quien se trataba lo hizo completamente para estar con la chica frente a frente.

──Lamento todo lo que pasó. ──hizo una reverencia, terminado arrodillada en el suelo.── de verdad, lo siento.

Nyoko esperaba gritos pero solo recibió una caricia suave sobre su mentón, obligándola a verla.

──Está bien, eres perdonada.

Quedó algo estupefacta, sin creerselo.

──G-Gracias.

──Pero con todo lo que pasó, jamás volveremos a vernos.

━━━ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora