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｡° ʚĭɞೃ ㅤ( hanae! ) ㅤㅤ tercer año en la u.a. ㅤㅤㅤpasantías con best jeanist.
Suspiré intranquila.
Jamás había llegado tarde a una reunión por mis pasantías, pero la situación lo ameritaba. La psicóloga de mi hermana menor me había citado, de manera urgente. He ahí el motivo de mi retraso.
—Mil disculpas —balbuceé, realizando una reverencia al ingresar en la oficina de Best Jeanist—. Mi retraso es inaudito, pero realmente era necesario.
—¿Sucedió algo, Hana-chan? —mi actual maestro, Jeanist, consultó, intrigado. Me enderecé, para asentir con mi cabeza.
—La psicóloga de mi hermana me citó de urgencia, requería discutir un cambio en el tratamiento —expliqué; coloreándome con rapidez, al notar que no era la única en la habitación: la cotilla del momento en el mundo de los héroes estaba ahí, el afamado Hawks.
Me observaba con intriga, su ceja alzada lo delataba. El incómodo (para mí) silencio en el lugar se mantuvo hasta que él habló.
—¿Ella es tu pasante, Jeanist-san? —el mencionado asintió, en consecuencia, el héroe alado decidió extender su mano hacia mí, presentándose—. Hawks, un placer conocerte.
Relamí mis labios, nerviosa. Finalmente, acepté su mano y la estreché—. Hana, igualmente.
Al terminar las presentaciones, los tres tomamos asiento. Siendo el héroe mayor quien tomó las riendas de la conversación.
—Hana, te he citado para concretar nuestra próxima misión.
—Comprendo, Jeanist-san y es sin intención de ofender, pero, ¿qué hace Hawks aquí? —el alado soltó un bufido que pareció encubrir una risa, pero le ignoré. No tenía intenciones de iniciar un pleito, por lo menos no con Best Jeanist al frente.
—Hana, no te apresures; pareces un jeans de mala calidad con horribles costuras—me riñó, haciendo que me coloreara de nuevo. Apreté mis labios, instándole a continuar—. Los últimos meses estuvimos siguiéndole la pista a un grupo de villanos; pues, resulta que tienen conexión con un grupo de contrabandistas de la zona de Hawks.
Una pluma pinchó mi mejilla. Le miré de reojo, Hawks estaba totalmente concentrado en lo que Jeanist explicaba. Pero, por un mísero segundo, sus orbes se posaron en mí y guiñó su ojo mientras me daba una sonrisa ladeada.
Qué infantil.
—Y deduciendo a dónde va esto, o conseguimos su ubicación exacta o cuándo harán un movimiento —intuí.
—Así es, Hana-chan —enarqué una ceja, realmente era un confianzudo de primera. Ni siquiera llevábamos una hora de conocernos—. Conseguí su ubicación y el momento en el que harán un movimiento.
