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Cambios

La pequeña se sentía libre. Como si hubiera escapado, lo cual era raro.

Sentir que eres libre y que has escapado con solo salir de tu casa debe ser una sensación no muy buena. Pero hay que fijarse en la parte buena, al menos de momento.

-Su habitación está arriba. Es compartida, espero que no les moleste.

-Por supuesto que no señor Bang. Nos ha acogido en su casa siendo casi completas desconocidas. Para nada nos molesta.

-Está bien, entonces. Déjenme ayudarlas con las maletas.

El señor agarró las maletas de ambas, y se dirigió a la que sería la nueva habitación de ambas.

Al llegar a la habitación, ambas chicas se sorprendieron, casi aún más. La habitación era espaciosa, muy espaciosa. Había dos camas, una al lado de otra, un armario en el que cabrían perfectamente todas sus pertenencias, y al lado derecho un mini sofá que daba justo en la ventana, donde podías sentarte a leer o simplemente observar las vistas.

Era simplemente perfecto a ojos de ellas.

-Siéntanse como en su propia casa, a partir de ahora lo será igualmente.

-Muchas gracias señor Bang. Una vez más, no sé cómo agradecérselo.

-No se preocupe, no hace falta. Solo con la satisfacción que me da de haber ayudado a alguien, es más que suficiente.

La mamá de la pequeña no pudo evitar soltar algunas lágrimas. Todo parecía un sueño del cual no quería despertar nunca.

-Muchas gracias señor Bang, estaré eternamente agradecida. Cualquier cosa que necesite, sea la hora que sea, sea el día que sea, solo debe decírmelo.

-Muchas gracias señora Kang, y no se preocupe, así lo haré.

El señor Bang esbozó una de las sonrisas más hermosas y sinceras que ambas chicas jamás habían visto.

*Menuda suerte tenemos*

Pensó la pequeña niña, y así era.

Tenían una gran suerte de haber encontrado a alguien como el señor Bang.

                                                                 ✨🌻