Capítulo 5

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"Paso días flotando"

Hoy ya no soy yo – Gustavo Cerati

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Allie se levantó con dolor de cabeza, se había quedado toda la noche anterior estudiando y había dormido muy poco, pero por suerte ya era viernes, así que probablemente iría con Roma a ver a la banda tocar

—Hey

—Hey, ¿Qué tal la noche? —preguntó su amiga, recargada contra los casilleros de la escuela

Heavy

—¿Lograste terminar de estudiar? —preguntó, mientras caminaban hacia el salón

—No, me falta el último tema

—¿Quieres que te ayude? —la petisa negó. Entraron al curso de filosofía, odiado por todos.

—Ahí entra tu profesor favorito —señaló con sarcasmo la de pelo ondulado, obteniendo una mirada de odio por parte de su Allie.

Cada minuto de la clase se había hecho eterno. La castaña se encontraba absorta en sus pensamientos, pensaba en lo que sucedía en lo más profundo de su alma y en cuánto odiaba estar en su casa, razón por la que siempre pasaba por cualquier lado menos ese lugar. No podía entender cómo es que lo que le ocurría era cierto.

Esos pensamientos habían vuelto a su mente, en realidad siempre estuvieron ahí solo que se las había arreglado para ignorarlos, pero había momentos en los que ya no podía.

Sintió una mano acariciarle la suya, que estaba tendida sobre el pupitre. Levantó la vista y era ella, su salvación. Su mejor amiga. Nadie la conocía como ella, eran completamente transparentes una con la otra por lo que la italiana sabía lo que rondaba por su mente.

Se habían conocido en la escuela cuando Allie tenía 5 y Roma 6 años y desde entonces nunca se separaron. Pasaban muchísimo tiempo juntas y siempre hablaban de todo. Cuando eran adolescentes y comenzaron la secundaria habían pasado a formar parte de un gran grupo del que después salieron porque habían comenzado a dejarlas de lado e insultarlas, llevando a la menor a caer en depresión. Ella se había entregado completamente a esos "amigos", y por eso se sentía traicionada. Roma había estado ahí para ella en todo momento, siendo uno de los motivos por los que ella era tan importante.

Esos momentos habían sido durísimos para la castaña. Con 14 años era la primera vez que la lastimaban tanto. El dolor provocó que ella comenzase a cerrarse a las personas que la rodeaban, incluso con su mejor amiga. Costaba que ella expresase sus sentimientos más profundos y no hablaba de ellos hasta que hubiese cubierto todos los ángulos posibles respecto a eso, haciendo que sobre piense absolutamente todo.

—¿Vamos al bar esta noche? —se acercó al terminar el día

—Roma, no lo sé, tengo que estudiar además de que... —la interrumpió

—Allie, ¿Qué pasa? Te noté distraída en clase ¿Otra vez lo de tus padres? —asintió cabizbaja— All, no puedo hacer mucho, pero por lo menos estaré para ti. Vamos, salgamos, si dejo que te vayas a tu casa no harás más que consumirte la cabeza

—Está bien

—¿Te paso a buscar? —asintió— está bien, nos vemos —depositó un beso de despedida en su mejilla

Allie caminaba en silencio en dirección a su casa, concentrada en lo que pasaba por su cabeza

—¿Vendrás a vernos esta noche? —preguntó una voz mientras que unos brazos rodearon su cuerpo, provocando que se asustara e intente deshacerse violentamente del agarre

—Oye, lo siento, no quise asustarte —musitó Steven, sorprendido

—Lo siento, solo que me agarraste desprevenida

—Está bien —dijo frenando frente a ella y colocando sus brazos en los hombros de ella— ¿Qué te ocurre? ¿Allie estás bien? —preguntó al notar los ojos vidriosos de la castaña

—Nada, estoy bien

—Puedes hablar conmigo

—Estoy bien Steven, deja de insistir —increpó

—Lo siento, solo quería ayudarte —se colocó a un costado y comenzó a caminar con ella— aunque, no contestaste mi pregunta —reiteró

—¿Cuál? —el rubio sonrió

—Si vendrías a vernos esta noche —Allie sonrió

—Por supuesto que iremos —la respuesta dibujó una sonrisa en los labios del mayor— bueno, aquí es

—¿Que cosa? —preguntó desconcertado

—Mi casa —sonrieron

—Está bien, nos vemos —se despidió y se fue

Allie ahora se encontraba tirada en su cama en silencio, meditando. Estaba constantemente dándole vueltas tratando de encontrarle una explicación lógica, porque solución no tenía.

Miró la hora y decidió que era tiempo de cambiarse. Abrió su armario y escogió un short de jean tiro alto y una remera negra y algo grande de los Ramones. Dejó su cabello suelto y apenas se colocó máscara, sólo para destacar sus ojos. Tomó las llaves y se dirigió hacia la puerta de su casa

—¿A dónde crees que vas? —una voz masculina la detuvo

—A la casa de Roma —contestó secamente

—¿Así vestida?

—¿A ti desde cuando te importa cómo me visto? Métete en tus asuntos —escupió venenosamente y se fue, golpeando la puerta.

Odiaba a Noah, su hermano. Metía sus narices donde no debía.

Caminó tranquilamente observando su alrededor hasta llegar a la casa de la italiana. Tocó tres veces, una señora castaña de estatura media le abrió

—Hola Gina

—Hola Allie, pasa, Roma debe estar por bajar

—Hola All —le sonrió— nos vamos mamá

Caminaban por Sunset Strip, en dirección a Nightrain, un pequeño bar donde se presentarían esta noche, y donde generalmente lo hacían

—¿Te agradan? —habló la italiana

—Sí. Me gusta como tocan, pero he de admitir que la forma en la que los conocimos fue demasiado rara

—En eso te doy la razón, pero bueno, nadie nos quita el hecho de que nos conocemos

—Ahora tú sí que puedes ser la groupie de el señor misterio

—¿Señor misterio?

—Alguno de esos cinco malandrines que te gusta y que todavía no me dices su nombre.

—Algún día sabrás

—Vete a chuparla

—Con gusto

Wasted Heart || Izzy StradlinWhere stories live. Discover now