El Prisionero

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El problema del cazarrecompensas con el Sindicato había hecho que buscara a un antiguo colega, Ranzar Malk, quién estaba instalado en una estación espacial. Mientras se acercaban al lugar, L’exxi se mantuvo de pie juntó al mandaloriano, veía con recelo la instalación ya que tenía un mal presentimiento. Desde el nombre para quién trabajarían con una extraña y dudosa reputación, hasta el hecho de que no les dijeron que trabajo iban a realizar.

—¿Confías en él? —preguntó L'exxi al Mandaloriano quien volaba la nave hacía la estación.

—Tanto como se podría confiar en un Hutt —dijo sarcástico, L'exxi sonrió—. Mientras el Sindicato nos siga persiguiendo, no tenemos muchas opciones.
 

—Y es aquí cuando me hace falta el pariente millonario —habló en falsa decepción—. Entonces, hay que terminar con esto —soltó un suspiro en derrota cuando estuvieron a la entrada de la estación espacial—. Pero que quede registrado que dije que era una mala idea —Mando soltó una risilla sincera.

El tiempo juntos y el compañerismo que tenían habían hecho que el mandaloriano estuviera más abierto a expresarse; gestos, reacciones, hasta pequeñas bromas internas se habían echo más constantes y naturales entre ellos. Mando y L’exxi habían logrado conectar y actuar en sincronía.

Mando aterrizó el Razor Crest dentro de la estación espacial, L'exxi se aseguraba de resguardar al pequeño en la cabina de descanso para que nadie lo viera, no querían que pasará la misma situación que con Toro en Tatooine. Al abrir la compuerta, L'exxi cubrió su rostro y ambos salieron de la nave, caminaron bajo la mirada inquisitiva de los que ahí trabajaban hasta encontrar a Malk.

—¡Mando! —saludó el hombre de cabellos grises y pinta de mafioso que se acercó a ellos—. ¿Eres tú debajo de esa cubeta? —le dijo serio y le tendió la mano, L'exxi alzó una ceja fastidiada.

"Así que va a ser uno de esos tipos".

—Ran —el cazarrecompensas devolvió el saludo.

—No sabía que volvería a verte por estas partes de nuevo. Me da gusto verte. En serio, siendo honesto me quedé un poco sorprendido cuando me contactaste. Porque yo... oí cosas. Cómo que, tal vez las cosas entre tú y el Sindicato no están bien ahora —dijo con leve malicia.

—Estaré bien —respondió frío.

—Si tu dices Mando. Conoces la política. Sin preguntas. Y tú, puedes venir cuando quieras —dijo concluyendo tomándolo del hombro—. Pero que falta de modales, no me presentaste a tu compañera, que la verdad me sorprende que tengas una. Creí que te habías vuelto del tipo... solitario. Ya sabes, después de que dejaste el grupo —dijo burlón ahora mirando a L'exxi quién todo ese tiempo se había quedado callada detrás de ellos escuchado y observando el lugar.

—Ella es Shadow.

—Un placer conocerte Shadow —con delicadeza tomó su mano y beso sus nudillos, L'exxi sintió náuseas ante la obviedad del hipócrita saludo—. Supongo que eres una cazarrecompensas también.

—Soy lo que haga falta, incluyendo si tiene que ver con sacar... la basura —dijo mordaz escaneando con la mirada a Raz.

The Mandalorian The Shadow of The WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora