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Joaquín sonrió ampliamente mientras veía atravez del cristal, sintiendo sus nervios de punta al ver como entre el doctor y la enfermera comenzaba a quitar el tubo de la garganta de su hija, en esta semana y unos días, la bebé había mejorado demasiado su capacidad pulmonar, por lo que decidieron que era momento de quitar la intubacion.

— Se ve doloroso —gruñó el alfa sufriendo por completo.

— Se supone que esta sedada para eso —aclaró el castaño, sonriendo su cuerpo aliviarse al ver cómo es que con sólo colocarle oxígeno en su nariz, la saturación de su hija se normalizó— Se está recuperando —agregó antes de abrazar a Emilio, totalmente emocionado, separándose con un sonrojo al darse cuenta de lo que hizo.

— Ella es muy fuerte —susurró el rizado, intentando que su lobo se tranquilizarla tras aquel contacto que lo emociono tanto, aunque realmente él también se emocionó.

— Está reaccionando muy bien, estaremos muy al pendiente de ella si gustan pueden pasar y darle su toma de comida —comentó el doctor tras salir de terapia intensiva— Sí está progresando de esta manera incluso e podríamos darle de alta la siguiente semana, con demasiados cuidados pero se podría.

— Por supuesto que si —acepto de inmediato Joaquín totalmente emocionado, el hecho de que quiza pudiera llevarse a su hija a casa lo emociona.

Ambos jóvenes entraron a terapia intensiva, no sin antes colocarse la mascarilla y desinfectarse, se sentaron en sofá que había, la enfermera de nuevo le pasó al omega a la pequeña bebé, colocándola en el pecho de esté, extendiendole la fórmula ya preparada.

— Sí no logra succionar dígame y cambiamos la manera, aún debe estar adormilada por el sedante —murmuró la enfermera.

El castaño asintió tomando la mamila colocándola en la boca de su hija, quien de inmediato comenzó a succionar, haciéndolo sonreír no sólo por el hecho de que ya no comía por un tubo, sino también porque desde que nació ha crecido bastante ahora si necesita usar ambas manos para cargarla.

Pará cuándo terminó de comer Irati quedó completamente dormida entre los brazos de su padre omega, sin embargo después fue pasada a los brazos de Emilio quien también se encuentra más que emociónado por ver mucho mejor a su hija.

— Mis padres al parecer se tardarán un poco más, me gustaría que conozcan a su nieta fuera del hospital —comentó el castaño, haciendo una pequeña pausa antes de continuar— Siempre pensé que yo le daría de comer a mis hijos y debido a tantos medicamentos fuertes no puedo —agregó algo nostálgico.

— Es por el bien de ambos —musitó el rizado, concentrado en ver las facciones de su hija, notando el parecido con el omega y por supuesto con si mismo, digamos que es una combinación perfecta de ambos.

Joaquín asintió con una suave sonrisa, acariciando un poco el cabello de su hija, sintiendose más que emociónado al verla moverse suavemente, le encanta el ver como esta mejorando demasiado tanto que ahora come por sí sola y se mueve mucho más.

Pará cuando la visita termino a ambos jóvenes se le hizo aún más difícil despedirse de Alani que cualquier día. Sin embargo debieron hacerlo con un suave beso en la frente, prometiendo que regresarían mañana al horario de visita.

— Quiero que la den de alta, para ya no alejarme de ella nunca —admitió el omega con un puchero en sus labios.

— Esperemos que sea en una semana como dijo el doctor —comentó Emilio, deteniéndose un momento, para sacar las llaves del automóvil extendiéndoselas al contrario— Iré a ver lo de la cuenta del hospital, si quieres espareme en el auto —pidió, sintiendo como lo tomaban de la uñeca impidiéndoselo.

Legado De AmorWhere stories live. Discover now