d i e c i s é i s

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Joaquín bajo del auto, tomando a su hija en brazos, para entrar al gran edificio, tomando el elevador que lo llevara al último piso, recibiendo varias miradas curiosas de los empleados, pero absolutamente nadie se atrevía a decirle algo, todos tienen indicación de no detenerlo o decirle algo.

Entró a la oficina no sin antes tocar la puerta suavemente y esperar a que le dieran el paso, su hija de inmediato comenzó a moverse pidiendo que la bajara, cosa que hizo, viendo como se tambaleaba caminando a pasos torpes pero apresurados, ya había mejorado demasiado al caminar.

— Papá —gritó Irati alzando los brazos para que el alfa lo cargará, sonriendo en cuanto lo hizo.

— Hola mi niña —susurró Emilio sonriendo cuando sintió como su hija lo abrazaba muy emocionada —  Hola, ¿como estas? —intrigó tras ver como el omega se acercaba, para saludarlo con un beso en los labios.

— Todo muy bien, quise venir a la empresa donde soy socio a ver como venían las cosas —mintió el castaño, claramente vino a ver al alfa, pero no quería admitirlo.

— En ese caso podemos ver los estados financieros de la empresa —comentó poniendo a si hija en el suelo, viendo como ella iba directo a los juguetes que tiene en la oficina.

— Te mentí, vinimos a verte a ti y por supuesto a disfrutarte un poco —admitió Joaquín sentándose en las piernas del contrario, sonriendo al sentir como lo tomaban de la cintura, correspondiéndole tomándolo por la nuca— Te extrañaamos mucho.

— Y yo a ustedes, de hecho iría a verlos más tarde a verlos y por supuesto a besarte —dijo antes de inclinarse para besarlo, escuchando a su lobo ronronear gustoso.

— ¿Me ibas a besar con mis padres en frente? —intrigó el castaño, el dia de hoy sus padres estarían en la casa y aún no les dice de su regreso.

— Sí, pienso que ya es tiempo, hace unos días me confesé contigo y eso era todo lo que necesitaba—comentó Emilio, cuendo cómo el contrario sonreía emocionado— Qué te parece si vamos a comer con ellos, les decimos y paso la terde con ustedes.

El omega asintió de inmediato, se puso de pie no sin antes dejar un último beso en los labios contrarios, tomaron a su hija para salir de la oficina, directo a ir a comprar algo para llevar a la comida.

Entraron a la casa siendo recibidos por los padres castaño, quienes se encontraban muy emocionados al verlos, dedicándose una mirada cómplice entre ellos.

— Me alegra verte Emilio, cuando me llamó para avisarme que vendrían me puse a prepar tu favorito, un estofado —comentó Noa con una gran sonrisa, colocando los platos sobre la mesa, recibiendo una mirada de su esposo.

— ¿Tu preparaste? Si yo fui al supermercado y me encargue de las verduras —reclamo el padre alfa, inetando sonar molesto, sin embargo fue imposible seguir fingiendo, cuando su esposo lo abrazo por la cintura dedicándole una sonrisa antes de besarlo.

— Bueno, hicimos tu favorito, así que espero te guste igual que antes —dijo tras separarse del abrazo.

— Estoy seguro que me seguirá encantando —admitió el rizado con una sonrisa, tras sentar a su hija en su mesa especial.

Cada uno se sirvió lo que iba a comer para así poder sentarse frente a la mesa, obviamente dándole su comida especial a Irati, quien de inmediato comenzó a comer sola.

—  ¿No han pensado en irse de viaje de nuevo? —intrigó el alfa.

— Por el momento no, nos tenemos que hacernos cargo de la empresa, también deseamos estar con nuestra nieta y por supuesto apoyarlos en lo que podamos— dijo Sebastián.

Legado De AmorWhere stories live. Discover now