04 - Mudanza

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Amelia deslizó sus patines en una caja, la cerró y observó a su amiga Ana sellarla con cinta adhesiva.


¿Cómo fue la audición la semana pasada? −, Preguntó Ana cuando comenzaron con la siguiente caja.


− Fue un desastre −. Amelia aprovechó sus habilidades de actuación para mantener su rostro impasible y no revelar que no había sido una audición ordinaria. − Mi coprotagonista era tan talentosa como un pedazo de madera, y cuando llegué a casa, descubrí que el precio todavía sobresalía de mi blusa.


− ¿Entonces no obtuviste el papel? − Amelia soltó un gruñido sin compromiso que podría significar sí o no. − Lo siento. Pensé con seguridad que te tomarían. La descripción que mi conocida me dio, encajaba contigo.


− Está bien −, dijo Amelia a la ligera. Ella no quería que Ana se sintiera mal. − Al menos de esta manera, tendré más tiempo para mi nueva relación.


Ana se enderezó desde donde había estado inclinada sobre una caja. 


− Sabes, no quería decir nada, considerando que siempre te estoy presionando para que salgas a conocer gente, pero esto es una locura −. Se quitó un mechón de su cabello pelirojo de los ojos y miró a Amelia con un movimiento de su cabeza. − Hasta hace un par de días, nunca había oído hablar de esta mujer, ¡y ya te mudarás con ella! ¿Cuánto tiempo hace que la conoces?


Amelia ignoró la pregunta. − Oye, tú y Silvia se mudaron juntas bastante rápido también, ¿no?


Silvia, la novia de Ana, pasó junto a ellas con una caja. 


− No tan rápido como quería porque esta hermosa mujer estaba demasiado ocupada tratando de convencernos de que lo que teníamos era solo una cosa física −. Se detuvo detrás de Ana y le dio un beso en la nuca.


Ana se estremeció y se inclinó hacia ella. − Bueno, no pensé que podría haber un final feliz para nosotras, pero nunca he estado tan contenta de que me demuestren lo contrario.


Cuando Ana se dio la vuelta y se besaron, Amelia miró hacia otro lado para darles algo de privacidad.


Finalmente, Silvia se separó para llevar la caja móvil afuera.


Ana se dio vuelta, sonrojada por los besos. − Si tu nueva novia se parece a Silvia, supongo que no puedo culparte demasiado por enamorarte.


Ambas se volvieron y vieron a Silvia mientras ella se deslizaba por la puerta.


El sudor brillaba en sus brazos desnudos, que estaban bien musculados por su trabajo como doble en escenas peligrosa (stuntwoman). Silvia echó una mirada por encima del hombro y le mostró a Ana una de sus sonrisas seguras. Se veía tan diferente de la Dra-elegante-sofisticada-moño-perfecto-Luisa-Gómez, como era posible aunque aún pertenecía a la misma especie.

Luimelia ᴊᴜsᴛ ғᴏʀ sʜᴏᴡTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang