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"Es hermosa" ese era el único pensamiento de Tadano, cuando observaba a esa chica, de cabellos oscuros al igual que él, ojos alargados que la hacían ver asiática y una expresión tan misteriosa pero que no era seria, desde el mostrador con un gran rubor en sus mejillas.

– ¡Hitomatito!– Al escuchar eso el azabache salió de su trance.– Mírate estás todo rojito~. – Era Najimi, venía con un repasador mojado para el ojo de Tadano y ganas de joder.
– Cállate Najimi.
– Bueno, bueno.– Cuando su compañero le dió el repasador mojado el chico de lo puso en su ojo.
– Najimi...– Dijo Tadano.– ¿Porqué le pusiste agua caliente de la canilla?– La mencionada soltó una risita.
– ¡Que decís si era un repasador con hielo!– El de cabello oscuro abrió el repasador y vió que no había ningún hielo, a lo que su compañero respondió.– "Era" un repasador con un hielo.

Justo en ese momento escucharon un pequeño tartamudeo que venía del otro lado del mostrador, era la chica, estaba tratando de decir algo. A Najimi casi se le sale el corazón cuando la vió, pegó un grito que también asustó a la clienta. Tadano se levantó de su asiento, caminó en dirección a ella, y justo cuando iba a atenderla...

– ¿Va a llevar eso señorita?– Yamai se interpuso en medio.– ¿Sabe? usted es muy bonita.– Era extraño verla sonreír así, se veía tan falsa.– ¡Es casi una diosa!– La chica simplemente no decía nada, solo la miraba mientras apretaba un poco la barra de chocolate en su mano y temblaba ligeramente.– Disculpe a este señor, se le olvidó que ya terminó su turno.– Después de eso le lanzó una mirada de odio a quien estaba detrás suyo y siguió hablando con la clienta, sin ser ese su lugar de trabajo.

Hitohito estaba cansado, habían peleado toda la tarde, solo tomó su mochila y acompañado por Najimi, quién también tenía que irse, fueron hasta la puerta principal.

Mientras pasaban a un lado de la clienta, esta tomó el brazo de Tadano con un poco de fuerza, y él, con su cara teñida de un color rojo, se cruzó con sus lindos ojos los cuales, al poder analizarlos bien, pedían ayuda. El azabache fue al grano y le preguntó en voz baja:

– ¿No puedes comunicarte?– La chica se sorprendió.– No te preocupes, yo me encar-
– Qué haces Tadano...– Desde el mostrador, con un aura oscura a su alrededor, miraba nada contenta Yamai.– Es mi cliente, déjame atenderla...
– Puedes escribir aquí lo que quieras.– Tadano sacó una libreta de su mochila y se la entregó, ignorando completamente el comentario de la chica del mostrador y dejando a la de cabellos oscuros con un leve color en sus mejillas.

[ . . . ]


El azabache y Najimi estaban afuera, esperando a la madre del primero. Por mientras hablaban de lo que había ocurrido ese día, se reían un poco y se quejaban del calor.

– ¿A Hitomatito le gustó la clienta verdad?– El mencionado casi escupe la gaseosa que estaba tomando.– ¡Hay qué lindo el amor!
– Deja de decir estupideces Najimi, solo la ayudé.
– ¿Pero te gusta?
– ...
– ¿Hitohito..?– Su cara estaba hirviendo, hasta sus orejas estaban rojas, era muy obvio.

En eso vieron que la puerta de la entrada se abría para dejar salir a la chica de hace un rato, estaba temblorosa, una mujer muy parecida a ella la acompañaba, parece que tuvo que venir a ayudarla. Cuando Tadano la vió se sonrojó denuevo, y ella también lo miró, fué por un instante pero se sintió tan bien y tan mágico para ambos. La chica y la mujer se acercaron a ellos, esta última habló.

– ¿Es él?– La chica asintió y la mujer se dirigió al azabache.– Gracias por ayudar a Shōko, soy su madre Shuuko Komi.– El chico solo sonrió nervioso.
– De nada, yo...– Pensó un poco.– Soy Hitohito Tadano, un gusto conocerte Shōko.– Extendió su mano hacia la chica y esta, después de asurtarse, estrechó su mano con él mientras se sonrojaba levemente.

Najimi solo sonreía orgulloso por su su amigo, estaba claro que también le agradaba mucho a esa chica, aún con sus ojeras tenía algo que conquistaba a las chicas, debe de ser la basurita que tiene en la cabeza desde quinto de primaria.

Cuando la chica y su madre se fueron Najimi estaba lista para molestar a Tadano con ello.

– Wow, ruega al cielo para que se quede almenos una semana en la ciudad.– Rápidamente Hitohito se giró hacia Najimi.
– ¿Q-Que dices?
– ¿Ves para dónde fué el auto en el que van?– La de cabellos lila señaló la ruta que tenían enfrente.– Esa va para la ciudad Hitomatito, a menos que tengas muchísima suerte es probable que jamás se vean denuevo.– El mencionado aventó la lata vacía que tenía hacia Najimi.
– ¡Deja de invocar la mala suerte!
– ¡Es natural perdón!

La madre de Tadano llegó y los dos subieron al auto con ella y tal como si volvieran de la escuela les pregunto cómo había ido su día, todo muy normal hasta que notó el ojo morado de su hijo. Después de que Najimi contara lo que pasó, cambiando algunas cosas, el azabache se recostó en la ventana derecha del auto y al instante ya se encontraba roncando. Estaba realmente cansado, pobre Hitomatito.

[ . . . ]

Tadano necesita dinero para poder pagar sus estudios, su apartamento y mantener alimentado a su gato, por lo que tiene dos trabajos, uno más pesado que el otro a decir verdad. Los días que no está en la YPF está en un pequeño autoservicio en el centro de su ciudad, allí se lleva mejor con sus compañeros de trabajo, pues son más amables y trabaja menos tiempo del que trabaja en la YPF.

Estaba acomodando unos productos que habían llegado a la parte de atrás del mercado, a su lado se encontraba una de sus compañeras de trabajo ayudándole con su tarea mientras le contaba lo que había pasado recientemente en el local.

– ¡Souda se consiguió una novia! Y es muy bonita.– Dijo alegre una chica de pelo rosado con puntas verdes.
– Impresionante, no pensé que pudiera conquistarla.– La peli rosa y Tadano se rieron.
– ¿Y entonces, que pasó en tu otro trabajo que tienes el ojo morado?
– Yamai.
– Tiene sentido...


El azabache estaba indeciso de si contarle o no sobre la chica que no hablaba, pues no quería sonar muy enamorado.

Después de eso volvieron a las cajas y se pusieron a hablar de sus gatos, pues la chica tenía 6 gatos viviendo con ella y a Tadano le gustaría tener la vida de uno.

En eso, la puerta de entrada se abre, algo normal, pues suele haber mucha gente por ahí, pero está vez fue diferente principalmente para Tadano a quien le empezó a arder la cara de los nervios. Si, era Shōko y venía acompañada de otro chico similar a ella, no era su novio, se parecían demasiado.

– Bi-Bienvenidos.– Dijo su compañera rodeada de corazones y algo ruborizada.

Shōko y Tadano se miraban fijamente el uno al otro. La chica temblaba y trataba de separar sus labios para saludar, el chico solo sudaba y se sonrojaba. Ella fue arrastrada por su acompañante y sus ojos se perdieron en el interior de la tienda

"No puedo dejar escapar esta oportunidad" Se decía a sí mismo Tadano mientras buscaba algún pedazo de papel, su compañera solo lo miraba sorprendida, ya se dió cuenta de su sonrojo y de la forma en la que miraba a la chica ¿Le pediría su teléfono?

El azabache se metió en el interior de la tienda con una hoja grande en mano, no quería conquistarla, quería saber más de ella, quería conocerla. Y si no podía comunicarse, él quería ayudarla, no iba a perder la oportunidad de salvar a alguien otra vez.


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'°YPF°' •√Komi×Tadano√•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora