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...
 
  La ruidosa y bulliciosa sala de emergencia. Uno de los lugares menos pensados para encontrarte con algún amigo, conocido, o algún familiar que viste una sola vez en tu vida y dice que te cambiaba los pañales.

  Komi estaba allí, y se encontró con la persona menos deseada en esos momentos.

– No te preocupes Shōko, voy a traerte algo para comer y llamamos al doctor para que te dé el alta.– Decía su tía con una sonrisa, la chica devolvió el gesto y la mujer se fué.

  La chica se quedó sentada en la camilla mientras miraba la venda en su mano. Se sentía realmente muy estúpida, todo por pensar en Tadano.

  En la camilla que se estaba a la otra punta de la sala de emergencias se encontraba el azabache acompañado de Najimi, su compañero de trabajo.

  El de cabellos lila se reía a mas no poder recordando la forma en la que entraron a la sala, imitando su lloriqueo en tono de burla y copiando sus reacciones. Las personas al rededor miraban algo molestas por los ruidos.

  A Komi le daba bastante gracia la manera en la que se movía y hablaba Najimi, pero le daba mucha vergüenza reírse. Ser observada por las demás personas ya la tenía bastante incómoda, su risa era solo para él.

– Najimi ya estuvo...– Dijo el azabache tratando de no reírse.
– Bueno bueno...– Se calmó.– Voy a buscar algo a la máquinita, ¿Me esperas?
– Si...– Suspiró pesadamente.

  La de cabellos oscuros lo observaba, se veía algo triste. No sabía que hacer, pero quería hacer algo, así que juntó todo el valor que pudo y se sentó en la camilla vacía a un lado de él. Tadano no lo había notado, tenía la mirada perdida en la nada.

  Komi estaba intentando llamar su atención, debido al ruido de la gente y de algunas de las máquinas sus pequeños sonidos eran casi inaudibles para Hitohito.

  Estaba realmente asustada de lo que podría pasar, no pensaba con claridad, no podía hablarle, pero quiso hacer un esfuerzo. Trató de usar su voz, pero no salía nada, nisiquiera un mísero sonido.

  Acercó su mano al hombro del chico, esos momentos fueron tan largos y tediosos, todo era tan lento que le hacía perder la cabeza.

– S-Shōko...– Tadano se había girado, se había girado antes de que  la chica pudiera tocarlo.– H-Hola ¿Estás bien?– La chica solo asintió. El azabache no sabía cómo seguir.– ¿No te parece raro encontrarnos en cualquier lugar?– Komi Asintió denuevo.– Jaja... A mí también.

  Ambos se perdieron por un rato, apartaron sus miradas del otro, miraron a sus alrededores buscando a sus acompañantes y al no encontrar a nadie volvieron a mirarse.

– Eh... ¿Qué te trajo aquí?– La chica le mostró su mano vendada y recién cosida.– ¡Oh! Se ve que era feo.– Mostró su brazo enyesado.– Yo me apoyé mal en una caída y me rompí la muñeca.– Mentira.– Llámame tonto si quieres...– Se reía un poco triste.

  "Si tan solo pudiera contarte algún chiste para hacerte reír. Aún que sea nerviosamente como sueles hacerlo".
Pensaba la azabache de grandes ojos.

  Poder cambiar esa cara triste con su voz, sería magnífico. Sentía en ese momento, que todas las palabras que imaginaba en el mundo eran para él. Solo para él y nadie más.

– Shōko, ¿Podemos ser amigos?– La chica se giró sorprendida.– ¡¡S-Si no quieres no pasa na-nada!!– Tadano murmuró algunas cosas para sí mismo y dejó de verla.– S-Soy solo un desconocido después de todo...
– S-Si...– El azabache escuchó. La miró sorprendido mientras ella cubría su sonrojado rostro y asentía con la cabeza.

   Antes de que Tadano pueda decirle algo, huyó. Volvió a su camilla al otro lado de la habitación y esperó a su tía. Aunque no se veía en su expresión, estaba feliz, había logrado responderle sin un papel y ahora eran amigos, finalmente eran amigos. Él era su primer amigo.


El apartamento de Najimi estaba silencioso, solo se llenaba con leves sollozos y una que otra palabra perdida. Un chico en la mesa, acompañado por su amigo, uno de ellos llorando, estaban tomando cereales con leche en unos vasos de vidrio como si fuera yogurt, pero no importaba, era algo normal entre ellos dos. Más bien, no había tazones en casa de Najimi.

– N-No puedo creer que perdí mi trabajo...– Tadano estaba con los ojos rojos de llorar.– Y para peor me rompí la muñeca...– Najimi solo lo veía al otro lado de la mesa.
– No es culpa tuya Hito... Se te va a pasar, con tu otro trabajo seguro llegas a fin de mes.
– No es por plata, es por rabia...
– Eres un llorón.
– Ya lo sé.

  Najimi puso los vasos sucios en la pequeña mesada de la cocina y volvió a la igualmente pequeña mesa junto al azabache.

– Oye Hito.– Najimi habló.
– Te escucho.– Se fregó los ojos.
– ¿Estás enamorado de Shōko?
– Creo que sí...– Respondió, pero lo hizo de una manera triste. Najimi se acercó y lo abofeteó. "Cosas de amigos"– ¡AY! ¿¡Por qué eso!?
– ¡Además de llorón sos un boludo!– Dijo entre risas Najimi.– Ví lo que pasó en la sala de emergencia, ¡tú también la tienes loca!– Las paredes de ese edificio eran bastante finas y Najimi estaba gritando.
– ¡¿Quieres parar?!– Tadano también gritó.

– ¡No lo nieges Hito!– Najimi levantó al felino negro del azabache, pues el compañero de Najimi lo cuidaba cuando ambos trabajaban y el gato era fácil de trasladar.– ¡Hasta el gato sabe que los dos se tienen altas ganas!

–¡Bajá a el gato, Najimi!
– ¡Admite que ella te ama y que tienes más que una oportunidad de ayudarla!– Le estaba poniendo al gato en la cara.

  Entre tanto griterío no notaron que la puerta estaba abierta y que había una mujer ahí, no se veía muy contenta. Atrás de ella se encontraba Komi, sonrojada hasta las orejas y sosteniendo una libreta.

– ¡Hay gente durmiendo en el edificio!– Los dos pararon en seco y Najimi soltó al gato.– ¡Cállense o llamo a la policía!– La mujer se fué, era una de las vecinas de Osana.
– Mirá lo que hiciste...– Dijo el azabache enojado.
– Mejor mirá quién está acá...– Ante eso el chico se giró a la puerta y pudo ver a la chica de ojos oscuros.– ¡Hola Komi! Me alegra que hayas encontrado mi mini casita.– Najimi le hablaba como si la conociera de toda la vida. Esto también era raro para la chica.
– ¿Ustedes dos desde cuando se conocen?– Preguntó el azabache. Osana rio.

– Verás, mi abuela tiene una amiga que tiene una hermana, la hermana tiene una mejor amiga que tiene una prima que vive fuera de la ciudad con su abuela así que su abuela conoce a la abuela de Shōko porque son vecinas de hace mucho.– Los azabaches miraban confusos por el trabalenguas que Najimi acababa de decir.– La tía de Shōko me dijo eso, ¡Así que la invité para que nos conozcamos todos y nos volvamos un grupo de amigos!

  Shōko aplaudió, solo con sus dedos índices, pues no quería hacer más ruido, realmente no había entendido mucho de lo que dijo el de mechas lila pero tenía que hacer como que sí. El chico suspiró pesadamente.

– H-Hola Shōko...– Saludó sonrojado. La chica sacó un pequeño papel de su bolsillo que tenía escrita la palabra "Hola". A los ojos de Najimi ambos se veían muy tiernos.

...

'°YPF°' •√Komi×Tadano√•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora