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La luz de esa habitación era escasa, al punto de que la oscuridad reinaba en aquel lugar.
Naruto observaba cuatro paredes que lo rodeaban, un colchón que simulaba ser una cama, en el cual solamente una sábana blanca lo cubría.
Él sabía que esa habitación era de su madre, sin embargo ahora no lucía como si alguien alguna vez hubiese habitado ahí.
Su progenitora solía tener pequeños floreros en sus mesas de noche, a ella le gustaba el aroma de las flores, por eso llegó a plantar un jardín tan bonito, el cual a Naruto también le encantaba, pero no siempre podía salir a apreciarlo. También bellos cuadros de fotos familiares estaban colgados en sus paredes, imágenes donde Sasuke y él se veían felices. Días en los cuales él si podía salir.
El sonido de la lluvia era lo único que ahora podía escuchar, las gotas caían contra la ventana, la cual estaba pintada de color negro para que nadie pudiese ver a través de ella, sin mencionar que tenía más de un seguro.
¿Por qué Sasuke estaba haciéndole esto?
Él solo quería salir por un momento, deseaba seguir conversando con Shikamaru y respirar aire fresco.
¿Por qué Sasuke no le permitía eso?
El menor se abrazó las piernas y poniéndose en posición fetal volvió a llorar, no sabía que hora marcaba el reloj, tampoco cuanto tiempo estuvo encerrado en aquel lugar.
Lo único que podía recordar era la furia expresión de su hermano cuando vió lo que intentaba hacer.
Después de cerrar la ventana Sasuke lo agarró fuertemente de la cintura y lo levantó del suelo para poder llevarlo donde actualmente estaba. No dijo nada, ni siquiera lo miró, simplemente decidió encerrarlo dejándolo en completa confusión.
Naruto esperaba pacientemente a que su hermano llegará, intentó salir pero parecía que la puerta estaba completamente asegurada, sumando que solo existía una ventana no tenía más opciones.
Se llevó ambas manos a su estómago, el cual comenzaba a rugir pidiendo alimento. Tenía mucha hambre, seguramente pasaron horas desde la última vez que comió.
Nuevamente caminó hasta la ventana, intentando pensar en algo para destrancarla y poder ser libre.
Sin embargo toda acción fue detenida cuando escucho como la puerta comenzaba a abrirse, de un saltó volvió al colchón para que pareciera que no se movió de ahí.
—¿Ya aprendiste que no debes salir? —Preguntó el mayor caminando hacia él con una bandeja en las manos, mientras cerraba la puerta tranquilamente.
—Sasuke... —Dijo el rubio en un susurro.
Las lágrimas de Naruto volvieron, mientras observaba como Sasuke se agachaba para quedarse a su altura, una mano del contrario paró en su mejilla, la cual comenzó a acariciar con parsimonia.
