𝐍𝐈𝐍̃𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐀́┋𝐘𝐮𝐰𝐢𝐧
❝Yuta es un padre soltero, solamente tratando de salir adelante con su pequeño hijo y un trabajo de tiempo completo.
No esperaba encontrar a un niñero de esta manera, y definitivamente no esperaba que éste f...
➣ ⚠️Intento de agresión sexual⚠️ Si eres alguien sensible a este tipo de contenido, por favor, saltate esa parte que empieza en estesímbolo “↻”.
Gracias por su atención <3
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Escena 7
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10:33 pm, Puente de Seúl
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SiCheng estaba cubierto de un líquido rojizo que Yuta supuso que era sangre, y su pelo, normalmente esponjoso, estaba pegado a la cabeza por la sustancia roja. Sus hermosos ojos lucían un moretón aterradoramente oscuro que, de alguna manera, complementaba su blanca piel. Yuta podía ver que SiCheng estaba destrozado físicamente, pero las prominentes bolsas de los ojos y el ceño permanentemente fruncido le decían que le chico estaba destruido emocionalmente. Yuta no sabía en qué estaba pensando cuando extendió la mano hacia la delgada muñeca del chico, algo en él podía sentir la inexplicable tensión y nerviosismo que irradabia SiCheng. Yuta había estado cerca de Rin lo suficiente como para saber cuando alguien ocultaba algo. Si la capucha de SiCheng no lo delataba, sí lo hacía su evidente incomodidad cuando Yuta le agarraba la muñeca.
Los dedos gastadores de Yuta recorrieron la suave sudadera con capucha, llegando a posarse en las ásperas manchas de piel que se escondían debajo. SiCheng siseó, pero acabó acostumbrándose a la sensación de las manos de Yuta. Estaba demasiado avergonzado para mirar al hombre que tenía delante, demasiado asustado para ver el juicio y la decepción en sus ojos.
La otra mano de Yuta subió por el cuello de SiCheng y se posó finalmente en su mejilla. Yuta giró la cara del chico deprimido hacia él, mirándole fijamente a los ojos, mostrándole que no estaba decepcionado con él.
—Estoy preocupado, SiCheng, y tengo miedo. Pero no estoy decepcionado, no eres una decepción. Eres un ángel caído, y estás aquí conmigo, en este estúpido puente de mierda por una razón. Y por fin he descubierto cuál es esa razón;— Inhaló profundamente Yuta, acercando sus frentes y dándole a SiCheng un suave beso en la nariz. —Necesitas ayuda para volver al cielo.
SiCheng asintió tímidamente, apartando suavemente a Yuta de él.
—Rin.— Dijo, con la voz quebrada por las lágrimas no derramadas.
