𝐍𝐈𝐍̃𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐀́┋𝐘𝐮𝐰𝐢𝐧
❝Yuta es un padre soltero, solamente tratando de salir adelante con su pequeño hijo y un trabajo de tiempo completo.
No esperaba encontrar a un niñero de esta manera, y definitivamente no esperaba que éste f...
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Escena 14 ______________
18:47, Conservatorio de Seúl _________________________________
Se suponía que SiCheng no debía estar tan nervioso, de ninguna manera. Se suponía que debía estar feliz y emocionado, ¿no es así? Entonces, ¿por qué tenía esa horrible sensación de que iba a vomitar sobre la persona que le maquillaba? ¿Por qué tenía ganas de estrangularse con su propia pajarita negra?
La maquilladora no era otra que Rose, la prima más cercana a Yuta. SiCheng se había acercado mucho a la familia del hombre después de que se anunciara el compromiso y, afortunadamente, a todos les caía muy bien. Yuta había invitado a toda su familia a la boda, y SiCheng sólo podía rezar para que Irene no estuviera invitada. SiCheng no tenía familia a la que invitar, ni amigos, ni parientes lejanos, así que la aceptación de la familia de Yuta significaba mucho para él. Tenía la sensación de que no sólo habían venido por Yuta, sino que también habían venido a verle a él.
—Te juro por Dios, Dong SiCheng, que si no dejas de moverte.— Regañó Rose mientras volvía a apuñalar a un tembloroso SiCheng en el ojo con su delineador.
—Lo siento. ¿Por qué estoy tan nervioso? Me quiere bien, nada puede salir mal. A menos que todo sea una actuación, oh Dios mío, todo es falso. Rose, ¿y si...?— SiCheng divagó.
Rose se rió. —Al menos sólo estás hablando con nerviosismo. Yuta va a tener literalmente huellas en el suelo si no deja de pasearse. Ni siquiera Chris puede calmarlo.
Chris era el amigo de Yuta de la universidad que se había quedado con él durante todo lo que pasó con Sarah. Por decirlo de alguna manera, Chris no estaba contento con su amigo por no haberle hablado de SiCheng, pero le cogió un cariño instantáneo al chico.
—¡Rose!— Gimió SiCheng, enterrando la cara en su hombro como un niño.
—¡Basta, vas a manchar el delineador!— Le respondió lloriqueando, empujando al niño de su lado.
—¡Cinco minutos, SiCheng!— Una voz chilló desde la puerta. Taylor estaba allí, vestida con un hermoso vestido rojo oscuro y lista para caminar por el pasillo con su mejor amigo, Rin. SiCheng aún no tenía ni idea de cómo los dos se hicieron amigos con la diferencia de edad que tenían, pero se alegraba de que Rin se estuviera convirtiendo en un chico tan sociable y dulce.
—Joder, Rose, no puedo hacer esto. Estoy muerto, muriendo.— SiCheng se agarró dramáticamente el corazón, fingiendo caer muerto en pleno camerino. Rose puso los ojos en blanco.
—Deja de hacer eso, imbécil, te pondrás bien.
SiCheng se levantó cansada, aún sintiéndose mal. La puerta por la que Taylor acababa de entrar seguía abierta de par en par y pudo ver las numerosas cabezas de la familia de Yuta.
