Mi Futuro [Terminada]✅

Capítulo 15

Hablar con Maggie, fue liberador y constructivo. Cuando se retiró a su domicilio, yo me encontraba despierta a pesar de que eran las siete de la mañana, de un domingo. Con mi adicción en la mano, un café bien cargado, recordé que había guardado muchas notas que dejaron en mi mesa de luz, en mi momento de oscuridad absoluta. Tal vez, pensaban que las había tirado. Solo dos personas entraron en mi casa en ese entonces, Michael y Maggie, nadie más, y así como aparecían, las guardaba en el último cajón de mi mesita, inconscientemente sabía que tenía que leerlas en algún momento. Fui por ellas y comencé a estudiarlas con atención.

"No te dejes estar, eres fuerte Katherine. Michael." Que lindo y reconfortante suena viniendo de él.

"Kati, ha llamado tu madre, le dije que te encuentras en un viaje de negocios, así que no tienes de qué preocuparte. Recupérate, por favor." Esta era de Maggie, casi puedo leerla con la ternura que emana su voz cuando habla.

"Hemos logrado atrapar a esos dos hijos de perra con las manos en la masa. Nuestro plan ha salido a la perfección, deberías haber visto sus caras. Deberías haber estado ahí conmigo. Necesito a mi mano derecha nuevamente en acción." Por supuesto, esta era de Michael relatándome el arresto de nuestro ex contador y su cómplice. Una sonrisa dibujó mi cara, realmente me perdí de una escena bastante buena, y yo era la causante de desbaratar el fraude que habían realizado por tanto tiempo.

"Tu heladera estaba vacía, así que me he tomado el atrevimiento de rellenarla con comidas decentes." La caligrafía era otra vez de mi jefe.

"No veo la hora de que vuelvas a la vida." Michael, nuevamente. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

"Esto no será fácil, pero siempre estaré aquí para cuando me necesites. Te quiero. Maggie." Mi reina, pensar que la traté tan mal en ese tiempo. Juré en ese mismo momento que iba a recompensarle todo el malestar que le causé con mi desdén.

"Te necesito, por favor. Vuelve. Ya no sé más qué hacer. Me desespera verte así, en un mundo donde no me dejas entrar, siento que me ahogo sin ti." Scott. Mi salvador. Me estaba rogando y yo no lo escuchaba. Si hubiera leído esta nota en el preciso momento que la escribió, supongo que me hubiera despertado en el instante. Las lágrimas no tardaron en salir, pero la siguiente nota me terminó de convencer.

"Gracias por despertar, por dejarme tocarte y besarte, por regalarme una hermosa noche abrazado a tu cuerpo. Eres mucho más perfecta de lo que imaginé alguna vez." Esta fue de la última vez que la pasamos juntos en mi casa, cuando le pedí que se quedara conmigo. Ahora sabía que en su cabeza yo existía desde hace años. Verme, reconocerme y aguantarse todo, por el simple echo de que me deseaba tanto. No, definitivamente esto no era solo deseo, él me había dicho que me quería en su vida, siempre me había acompañado, desde la distancia. Sabía de mis dolores y de mis pesares. Hacía que me sienta cómoda aunque él no lo estuviera, siempre dejándome decidir. Definitivamente, este hombre valía la pena y si lo dejaba pasar ahora, probablemente no tendría una oportunidad después. En ese mismo instante una idea se cruzó por mi cerebro. Soy buena planeando y este no era cualquier plan. Tal vez, no podría equilibrar todo en mi vida. Pero, si hay algo de lo que estaba totalmente segura, era de que Michael Scott tenía que estar en ella y no precisamente como mi jefe.

Sabía que me arriesgaba todo, pero ya no me costaba elegir. Lo que anhelaba lo tenía al alcance de mis manos y precisamente, como lo que leía en mis novelas, quería amor. Este tipo de amor, la persona que te acompaña en los momentos más oscuros definitivamente debe permanecer en tu vida. Sin darle más vueltas al asunto, mi cabeza comenzó a elaborar la estrategia para que este hombre, que me aceleraba el pulso cada vez que se me acercaba, aunque también me ponía a mil, simplemente mirándolo desde lejos, vuelva conmigo. Sé que con una simple llamada o hasta con un pequeño mensaje podríamos solucionar las cosas entre nosotros. Pero, la realidad es que yo quería más de él, mucho más.