Sufrimiento

1.1K 125 12
                                    

-Santa María, madre de Dios, cuídame de todo este mal y sálvame de la maldad.-

La pelinegra rezaba, mientras que una castaña la miraba como si estuviera problemas psicológicos. Jisoo había seguido a Jennie, cuando esta se fue corriendo de los dos hombres que hablaban "civilisadamente".

-No seas exagerada, Chu.-

-¿Exagerada?, ¿¡Acaso te estás oyendo!? Esos tipos te iban a matar, Jennie.-

-Ellos no me conocen, no saben lo importante que soy. No me pueden matar, porque se buscarían un gran problema.-

-Si que estás ciega. Literalmente se rieron de ti. ¡En tú cara!.-

-Se reían para no llorar.-

-Llorar por lo estúpida que te veías.-

Jennie volteo a ver a su amiga, indignada.

-¿¡Quieres que te mate aquí mismo!?, ¡Por tú culpa es que estamos aquí! Eres tan egoísta, que no te importan los demás. ¿¡Estás viendo como vive está gente!?, ¡Jennie, no tienen nada!, ¡Deja de pensar en ti misma y mira tú maldito alrededor!, ¿Me estás escuchando?-

Jennie estaba tan concentrada mirando que no viniera nadie, que no le prestó atención al discurso patético de su amiga.

-Callate y escucha.-

-No te lo puedo creer. No escuchaste absolutamente nada. Eres una...-

-¡Que te calles! Se acerca alguien.-

La pelinegra cerró la boca al instante, mientras que veía a su alrededor asustada. Pensaba en que tenía que vivir, necesitaba vivir, todavía no tenía hijos y mucho menos se ha casado. Las lágrimas involuntariamente empezaron a bajar por sus mejillas, y rápidamente se las limpió.

Mientras que la empresaria pensaba en las palabras de su amiga, no le había prestado atención, pero si la había escuchado. Sentía impotencia con ella misma, es su culpa que su mejor amiga esté en esta situación.

-Entremos a esa habitación para escondernos.-

Jisoo asintió frenética y siguió a su amiga. Ambas se adentraron a una habitación, para ser precisos, a la ciento veinte. Jennie llevo uno de los cajones a la puerta y puso seguro. Estaba asustada, pero iba a ser fuerte por su amiga.

-Tranquila, Chu. No nos pasará nada.-

-Estoy asustada, Jen. Me sudan las manos y no dejo de llorar.-

-Trata de tranquilizarte.-

-¿Cómo me pides eso?, ¿¡Estás loca!?-

Jennie se encamino a taparle la boca a la pelinegra, y nego con la cabeza.

-No estoy loca, pero quiero vivir. Necesito que no grites, por favor. ¿Te puedo soltar?-

Jisoo asintió, pero en cambio abrió los ojos como plato y empezó a temblar. Jennie la miro preocupada;

¿Qué le pasaba? Se preguntó la castaña, hasta que sintió una pistola en la cabeza.

Revelado | JenLisaWhere stories live. Discover now