Libro II de la bilogía 'Azares': Blackjack, Reina.
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«Empezó en Las Vegas y terminará en Las Vegas»
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Las cosas no habían salido del todo bien para Becka hace seis años y, esta vez, las cosas no sald...
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Capítulo 19. Pregunté por ti.
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Los rayos del sol empiezan a aparecer por el horizonte, y a su vez la oscuridad de la noche empieza a disiparse. Entre la tranquilidad de la madrugada, el ronroneo suave del motor del coche del Caleb desaparece casi por completo al detenerse frente al porche de la mansión por un par de segundos mientras que él espera a que la puerta se abra. En cambio yo, que me siento inquieto, salgo del auto sin esperarlo y empiezo a caminar en dirección a la puerta de la mansión.
Como puedo me las arreglo para insertar la contraseña, mi huella dactilar y pasar la prueba de reconocimiento de iris sin ayuda, aunque conforme pasa el tiempo y la herida de la bala sigue abierta, la pesadez en mi cuerpo va aumentando.
A pocos segundos de conseguir entrar, detrás de mi siento la presencia de Caleb en un completo silencio, conociendo que ahora mismo no es el mejor momento para intentar hablar conmigo. Hay demasiadas cosas en mi cabeza, demasiado enojo, demasiados recuerdos, demasiadas emociones enterradas en lo más profundo de mi cabeza y que ahora amenazan con salir de golpe.
Una vez la casa me ha reconocido, abro la puerta de par en par, causando un estruendo. Segundos después, los habitantes de la casa empiezan a llegar a la sala, curiosos, mas no me dirigen la palabra.
Me dirijo hacia las escaleras, viendo rojo y llego hasta mi habitación con el pensamiento de encerrarme hasta olvidarme del gran error que cometí para al final no haber conseguido nada, pero cuando estoy a punto de abrirla, una mano en mi hombro me detiene.
—Sé que estas enojado contigo mismo, pero lo primero que necesitas hacer es ir a un hospital, y si tienes un doctor aquí, que te de atención médica.
Frunzo el ceño suavemente mientras asiento lentamente antes de murmurar un "Está bien" por lo bajo, antes de dirigirme hacia la sala de emergencias médicas arrastrando mis pies por el cansancio y la falta de sangre en mi cuerpo, pero con un pensamiento persistente en mi cabeza:
No importa cuánto dure o cuánto deba de perder, pero voy a encontrarte, Becka.
***
Pov's Becka Provenzano
Diría que no hay manera de explicar lo que siento, pero la verdad es que sería muy fácil de hacerlo: Quiero morirme.
Desde que me escapé de la mansión de Raffaele tenía en mente ver a mi hija, poder abrazarla y darle la seguridad que sé que desea sentir, pero en estos últimos dos días no han hecho nada más que interrogarme como si yo fuera la delincuente aquí, reviviendo cada palabra hiriente, maltrato y tortura que he tenido que aguantar estos años yo sola, con la excusa de "ayudarme".
¿Ayudarme a qué? Ellos no pueden hacer nada. Ya no.
Y en lo que si pudieran ayudarme -que es a encontrar a Madness- no parecen hacer ni el mínimo intento de buscarla. Según ellos nadie sabe quién la tiene, ni siquiera sabes si está viva, y eso me frustra.
