♥ · Capítulo 14 · ♥

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Capítulo 14

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Capítulo 14. Escape y tortura II.

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Pov's Aleksandr Vólkov

Verjas exageradamente altas, guardias armados hasta los dientes y cientos de cámaras moviéndose a la par de mi camioneta, son tres de las cosas más notorias que me dan la bienvenida una vez me encuentro dentro de la propiedad de Raffaele.

La camioneta en la que he llegado se detiene, a la vez que uno de los hombres de Raffaele me abre la puerta y se inclina levemente ante mí, en señal de respeto. Ya encontrándome abajo, otros dos guardias me revisan para asegurarse de que no traiga micrófonos o cámaras escondidas, y cuando no encuentran nada, me guían hasta la entrada, donde me espera nel italiano.

Él -o mejor dicho, su padre- era un viejo amigo del señor Petrova –mi "padre"-, que desde hace años había jugado cartas importantes en los asuntos de La familia del Boss de la Mafia rusa. Claro que, como todo tiene su fin, desde que el padre de Raffaele murió bajo extrañas circunstancias, junto a su madre y hermanas, él se volvió frío respecto a las amistades, alejando así a cientos de familias importantes del mundo de la mafia y el narcotráfico por causa de su desconfianza.

Claro está que como a nadie le gusta ser tachado como traidor, todas esas familias, antes fieles amistades de Guido, su padre, difícilmente sean capaces de perdonar la desconfianza del italiano.

—Discúlpame la desconfianza, hombre, pero ya me han clavado el cuchillo por la espalda seis de los pocos aliados que me quedaban en estos últimos meses —me habla Raffaele, mientras extiende su mano hacia mí. Yo la estrecho con la mía, dándole un fuerte apretón de manos.

—Creí que tenías claro que, si algún día me urge matar a alguien yo mismo, lo haría de frente solo para que él sepa quién lo hizo.

Una gran sonrisa aparece en su rostro, seguida de una risa estruendosa. Solo hay un significado para ese comportamiento en Raffaele: Hay algo que le inquieta.

—Tú siempre siendo tú. Pasa, pasa. Hay alguien a quien quiero presentarte.

Le doy la orden a mis hombres de quedarse fuera, aunque mi confianza en Raffaele haya desaparecido caso en su totalidad en estos últimos años.

Tampoco es que sea de mi gusto tener que venir, mucho menos hablar con él, pero si tenemos en cuenta que él es la cabeza de la pirámide de la mafia italiana y es -o era, todavía no se sabe si el italiano está muerto o vivo- jefe de Matteo, hay posibilidad de que el castaño, habiéndolo desobedecido o traicionado, haya terminado muerto y Becka en sus manos.

Sigo al castaño por todo el pasillo por el cual me guía, hasta que finalmente llegamos a un pequeño bar que se encuentra en el atrio de la casa. Ya en él, Raffaele me invita a sentarme a su lado en la barra.

Blackjack, Reina  {A #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora