Operación: Arruinar una boda [Levihan]

Capítulo 19

Quizás lo único bueno que tendría ese día, sería que no iría a trabajar, sino que desde temprano estaría en la universidad para presentar una exposición, la última de uno de sus cursos. Eso era bueno, ya ni estaba nerviosa por su presentación, pero no había podido quitarse de la cabeza lo que había pasado con Levi la noche previa, la conversacion que habían tenido en realidad.

Tenía miedo, miedo de que él estuviese enojado, miedo de haberlo herido, y miedo de salir herida. ¡No era justo! Aún mantenía su postura de que no hizo nada malo, pero eso no evitaba el haber lastimado a alguien que quería mucho, y ni siquiera intentar hablarlo... no tenía valor.

— ¿Todo bien, Zoe? —preguntó Zeke, acercándose a su alumna para verificar que no faltase nada para el momento decisivo de ese día, la presentación final.

— Todo está bien —respondió ella mostrándose muy segura, lo último que quería era hablar de ello.

— Bueno, igual debes estarlo, lo de hoy es importante —hacía referencia al trabajo académico.

— Ya lo sé...

Lo sabía muy bien, y en realidad, era mucho mejor enfocarse en eso que en la discusión que tuvo la noche previa.

— Es raro verte en las mañanas —comentó el rubio.

— Pedí permiso para no trabajar hoy —respondió ella con pocos ánimos.

— Vaya que estas feliz de no trabajar —dijo con sarcasmo—. Hasta parece que te gusta.

— No es lo que quería, pero me gusta el ambiente laboral —se justificó.

— ¿Ah, si? —parecía desinteresado— ¿Debo retirar la recomendación que te daré para que trabajes como asistente aquí?

— ¡No! —se apresuró a expresar— ¿Ya te dije que eres el mejor docente del mundo? —le sonrió ampliamente.

— Sí, lo dijiste cuando te propuse eso.

Hace un par de semanas, Jaeger le había prometido a su amiga y alumna que ella podría trabajar en la universidad como asistente de laboratorio mientras realizaba la maestría que quería. Fue por ello que Hange había firmado ya, su último contrato con la empresa de Ackerman.

— Magath estará feliz de trabajar contigo, solo tenle paciencia —recomendó Zeke.

— ¿Qué? —se confundió ella— Creí que sería tu asistente.

— Me iré a Shiganshina en dos meses —explicó—. Te conté que mi padre tenía una clínica, ¿cierto? Ya es hora de que me haga cargo.

— Pero... —ella no se lo creía, ¿se iban a separar?

— Aunque... si dices que me extrañarás, podría darte empleo en mi clínica —propuso—. Me vendría bien la ayuda de alguien conocida.

— Sobre eso...

— ¡Claro! —interrumpió— Eso implicaría que te mudaras a Shiganshina y asumo que no quieres separarte de tus amigos aquí.

— Me conoces bien —asintió—. Suerte en Shiganshina... te vamos a extrañar.

— Aun no me voy —se quejó y la castaña solo rio.

— ¿Quién se va? —preguntó un joven acercándose.

— Ah, Moblit —Hange saludó con la mano—, ¿cómo te fue?

— Con suerte, obtengo un ocho —respondió el castaño.

— ¡Bien! —Zeke lo rodeó por el cuello con un brazo y despeinó su cabello.

— ¡Jaeger, no hagas eso! —se quejó el chico.