CAP. 11-- PERENNE

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Perenne: Continuo, incesante, que no tiene intermisión.



En el capítulo anterior…


Llegando a la hacienda  ve a Tomasa con la cara blanca corriendo hacia él.


T: ¡Patrón! ¡Patrón!


F: ¿Por qué tantos gritos? ¿Qué carajo pasa?


T: Patrón, es su hija…. ha desaparecido.




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Clínica Veterinaria:


Suena el timbre del celular de Victoria. Ella estaba muy nerviosa pues había escuchado la voz de Carolina gritando auxilio. Haría lo que fuese por ella.


V: ¿Bueno?


X: Soy yo de nuevo, flaquita. (A modo de ironía)


V: No sé quién eres y no sé qué quieres de mí, pero por favor, suéltala. Te lo pido por favor.


X: (Se ríe bajito) Serás estúpida… Yo la llevaría de vuelta a su casita con su papito sana y salva con una condición, a ver si eres tan valiente como dices ser.


V: Lo que tú me pidas. Haré lo que sea.


X: Parece que nos vamos entendiendo bonita… Te voy a decir dónde nos vamos a ver, atenta.



Quedaron en una casa donde estaba secuestrada la niña. Victoria temblaba, no sabía a qué se exponía ni a quién se enfrentaba pero haría todo lo que fuese porque esa niña no sufriera. En tan poco tiempo esa pequeña con la sonrisa más dulce del planeta se había vuelto indispensable en su vida y no iba a permitir que nadie la hiciera derramar ni una sola lágrima de dolor.


Llamó a la puerta y alguien abrió.


V: ¿Qué? ¡¿Tú?!



Hacienda “El Potrillo”


Un hombre abatido con el corazón totalmente destrozado se dedicaba a dar golpes a la pared de su triste hacienda, que ahora mismo yacía absolutamente nostálgica faltando en ella la risa de Carolina. Todos los empleados de aquellas tierras trabajaban con la mirada agachada, rezando por la pronta vuelta de la pequeña. Con las manos ensangrentadas, la mirada pérdida llena de ira y la desesperación en su interior hizo que se reunieran varios peones de sus tierras y buscarán a su hija por todo el pueblo, no iba a parar hasta encontrarla.


F: Tomasa, llevo el celular, cualquier cosa me llamas.


T: Si patrón, estaremos rezando mientras tanto por ella, por favor, tráigala de vuelta.


F: La vamos a encontrar Tomasa, la vamos a encontrar.


En algún lugar:


Victoria vio a la persona que se encontraba delante de ella, justo parada enfrente.


X: Hola bonita, ¿No me esperabas? (Sonriendo)


V: ¡Eres una imbécil, Raquela! ¿Donde está la niña?

Desesperada la empuja y entra en la casa corriendo, buscándola con la mirada. La vio. Tan pequeñita y asustada que se veía con sus manitas atadas.

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