𝗜𝗻-𝘆𝗼𝘂 [Sᴇᴏɴɢᴊᴏᴏɴɢ]

𝟎.𝟓

— Madre, me parece muy irresponsable hacer una fiesta por nuestra parte después de la muerte de padre, ha pasado solo un mes, me parece algo acelerado — la omega negó con la cabeza.

— Tonterías el pueblo debe saber quién va a ser el sucesor —  está habló con un tono serio.

— Madre, lo entiendo pero me parece muy precipitado hacer ahora mismo una fiesta, Yuna y yo lo hemos hablado y nos parece que es una locura esto va a traer más consecuencias a la corona— dijo el alfa para que su madre recapacitara sobre la decisión.

— No te Alteres, al fin del cabo el que gobierna es tu hermano y el que toma las decisiones es el, y así lo ha querido — el alfa al ver que su madre no entraba en razón suspiró.

— Mi hermano no sabe lo que hace, eliminar el parlamento es una locura
La lista que tiene son ideas que van a destruir la monarquía, se piensa que estamos en el siglo IV pero no, estamos en un siglo progresista. —

— No pienso seguir hablando contigo — la omega se marchó y el alfa bufó, estaba arto del castillo.

El alfa se fue por el pasillo, su lobo interior estaba que ardía, estaba en total desacuerdo con las palabras de su madre, pero no podía rechistar, el no era el que tomaba las decisiones.
Se dirigió a sus aposentos y una vez allí estaba Yuna.

— Yuna. ¿Qué haces aquí? — el alfa estaba sorprendido por la presencia de la beta tan inesperada-

— Pues he venido a arreglarte para la fiesta — el alfa rodó los ojos, no quería escuchar nada sobre esa - No te quejes, además pareces alguien de poca clase.

— Yuna, no hace falta —  la beta rechisto y soltó un pequeño gruñido.

— Estoy bien así no hace falta que cambies nada — la beta volvió a resoplar y el alfa comprendió que Yuna quería distraerse después de esta locura de mes, a si que accedió a los deseos de su hermana menor.

— Vale esta Bien — la beta grito y salto de la alegría —  pues lo primero que haré es ponerte de rubio —  los ojos del alga se abrieron como platos.

— Yuna, ¿Cómo que me vas a teñir el cabello? — el alfa soltó con miedo.

— Así estarás más lindo, te verías muy elegante y saldrías de tu zona de confort—

— Esta bien — el alfa asintió aunque no estaba muy contento ni convencido.

Después de dos horas de arreglos Yuna acabado de preparar a su hermano mayor.
Realmente se veía como un verdadero príncipe. El alfa se fue al espejo y al principio su nuevo cambio fue chocante

— No pareces ni tú — la beta sonreía por su creación.

— Yuna, no es por desilusionarte pero este pelo rubio, como que no me convence — la beta soltó un pequeño quejido e hizo un puchero ya que su hermano le había impedido que le tiñera el cabello.