Simulador de fantasia

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Para abrir esta tumba, Yana había ofendido a demasiadas personas.

Evidentemente, aunque hacer esto hizo que las cosas fueran más rápidas y convenientes para ella, traerían grandes problemas a los Elfos en el futuro.

Era bastante probable que las academias intentaran vengarse en el futuro.

A Yana no le importó demasiado; después de todo, estaba a punto de irse, entonces, ¿quién podría capturarla?

Sin embargo, los Elfos que quedaron aquí estarían condenados.

Los hechiceros no eran del tipo que simplemente dejaba pasar las cosas.

Si no podían encontrar a Yana, lo más probable es que volvieran la vista a otra parte.

Cuando llegara ese momento, los Elfos de esta región probablemente estarían condenados.

Con la fuerza que Yana había mostrado, así como su identidad como semielfo, era predecible que los hechiceros humanos dirigieran su atención a los elfos de esta región.

Por eso Yana había hecho esta petición.

Después de todo, como se iba a ir, necesitaba a alguien que se encargara de esto.

Por lo que ella podía decir, el talento de Chen Heng era bastante bueno y lo más probable es que se convirtiera en una figura importante entre los hechiceros humanos. Como mínimo, convertirse en un verdadero hechicero no sería un problema para él.

Además del hecho de que podía entrar en esta tumba, parecía que tenía buena voluntad hacia los Elfos.

Si este tipo de persona estuviera dispuesta a ayudar a los Elfos en el futuro, sería muy bueno para ellos.

Chen Heng pudo adivinar con precisión lo que estaba pensando Yana.

Sin embargo, no se negó y asintió directamente y estuvo de acuerdo.

Cómo sería el futuro, lo dejaría para el futuro.

En este momento, lo mejor era volverse lo más fuerte posible.

En cuanto a su promesa con Yana...

Si pudiera ayudarlos de paso, lo haría.

Si eso no era posible, no podían culparlo.

Al ver a Chen Heng asentir, una leve sonrisa apareció en el rostro de Yana.

Revisó sus pertenencias antes de sacar un cristal dorado.

"Esta es una piedra del legado", dijo en voz baja mientras miraba a Chen Heng, "Todo lo que necesitas está registrado aquí".

"Muchas gracias."

Mirando a Yana, Chen Heng asintió y no dijo mucho más antes de aceptarlo.

"De nada", dijo Yana mientras sonreía, sin decir mucho más.

Después de hacer este acuerdo, ninguno de los dos siguió hablando y, en cambio, estudiaron seriamente el muro de piedra.

Mientras observaban, las runas en la pared de piedra comenzaron a destellar con luz.

Extrañas ondas comenzaron a aparecer ante sus ojos, luciendo bastante fantásticas.

Los contenidos registrados en la Piedra del Dios de la Luna no eran nada simples y parecían contener restos de algún tipo de voluntad mental, lo que permitía absorber directamente los contenidos en su mente.

En solo un corto período de tiempo, Chen Heng pudo memorizar completamente el contenido de este muro de piedra.

Grandes cantidades de información aparecieron en su mente.