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Un fuerte estruendo hizo que la pareja despertará abruptamente. Carina quedó sorprendida más que por el ruido, por la reacción de Heisenberg. Su brazo la mantenía abrazada a él al mismo tiempo que varios metales se elevaban apuntando en distintas direcciones con la intención de atravesar a cualquier intruso que les quisiera hacer daño.

—¿Ahora que mierda...?.

—E-espera Karl no te muevas.

Ambos soltaron un gemido y un jadeo, despertar así los había hecho olvidar que aún permanecían unidos y el tratar de moverse era algo complicado. Un gruñido proveniente de Heisenberg se hizo escuchar al tomar a Carina para poder salir de ella.

—Listo...

—Si...¿alguna de tus máquinas habrá explotado?.

—No seas tonta, claro que no. No creo.

Ambos permanecían atentos a la espera de algún otro estruendo que no tardó en hacerse escuchar pero estando más despierta Carina pudo saber de que se trataba. No era estruendo de alguna de las máquinas.

Se trataba de Urias que  no dejaba de rugir llamando por ella desde fuera de la fábrica.

—Algo pasa...

—Que lo resuelvan ellos. Tu no vas a ningún lado.

—Karl, a este paso Urias terminará entrando a buscarme si no salgo.

—Que lo haga...no creo que ese animal tenga los suficientes como para entrar a mi fabrica.

Era claro que Heisenberg no quería que Carina volviera a salir de ahí. Sabía que si Urias estaba llamándola tras de eso venía la llamada de Miranda. No quería, no quería que esa mujer tuviera cerca a Carina.

—Karl...

El toque suave de Carina en su mejilla lo hizo volver la mirada hacia ella.

—Prometo regresar. Pero tengo que salir a ver que tanto esta pasando...¿Si?

Heisenberg dejo por un momento recargado su rostro en la mano que lo acariciaba deteniendo su acción al tomarla dejando un corto beso en la palma.

—Te traeré ropa...

Solto seco antes de pararse del sofá para ponerse su pantalón y salir de la oficina. Apretó los puños clavandose sus propias uñas por la furia que sentía de no poder hacer mucho contra las exigencias de su odiada madre.

Pero el recuerdo de la noche bajó ese estado de humor y una discreta sonrisa se dibujo en su rostro.

<<Ella solo es mía... Y esa zorra podrá darse cuenta ello al verla>>

Esa idea solo lo hizo ampliar su sonrisa. Darle a saber a Madre Miranda que había recuperando a Carina de ella era lo más cercano a una victoria contra esa bruja. Era claro su cambio de humor que hasta Carina lo notaba. Lo veía caminar de allá para acá con una extraña sonrisa en el rostro pero no se molesto en preguntar a qué se debía su buen humor. Ya se lo suponía.

—Ponte mi chaqueta encima, el clima sigue siendo una mierda aún en este mes.

Regalandole una suave sonrisa Carina tomó la ropa para empezar a vestirse mientras Heisenberg sólo se mantenía en silencio viendo su cuerpo semi desnudo al tiempo que encendía uno de sus habanos dejando que el humo empezará a cubrir ese cuarto.

—Me pone de los nervios que te quedes tan callado ahí parado...

—Solo estoy admirando el mejor de mis trabajos~.

Habló en burla soltando algo de humo. Carina no se había percatado del estado de su cuerpo, solo cuando Heisenberg lo mencionó llevó su vista desde sus pies subiendo hasta parte de su pecho viendo las marcar recién hechas. Los chupetones, las mordidas, la marca de sus manos en su cintura.

El Caballo Y El Lobo Where stories live. Discover now