Baby, you're not alone 🍼 ~Finalizada

Jin cuida a... ¿Nam?

Era fin de semana, Kim Seokjin estaba agradecido de no tener que ir a la escuela y también de tener a su novio en casa porque estaría solo.

Tae y Hobi habían ido a su primer cita con Yoongi, por lo que Jungkook pasaría en casa de Jimin viendo películas juntos. Así que eso los dejaba solos.

Namjoon seguía dormido, no pudo evitar pensar que se veía muy tierno... Pero era tarde y sabía que si dormía más no podría conciliar el sueño en la noche.

— Nam... – dijo moviéndolo suavemente.

Éste frunció el ceño e hizo un puchero muy adorable. Jin sonrió.

— Vamos, Nam... Debes despertar – volvió a decir Jin.

Y finalmente aquel chico abrió los ojos, se los talló un par de veces para despertar bien y se le quedó viendo por unos instantes a Jin.

Fue entonces que sucedió algo que nadie hubiera pensado, Nam alzó los brazos y cerro y abrió las manitas.

— Abacitoooo – pidió mientras seguía con su movimiento.

Jin se quedó extrañado pero supo que debía de hacerle caso si no quería hacerlo sentir mal, así que lo abrazó tiernamente.

Nam se pegó a su cuerpo y le dio un beso en la mejilla lleno de babita.

— Jinnie... – balbuceó sonriendo.

— ¿Qué pasó, Nam? – preguntó aunque sabía que probablemente no tendría respuesta.

Obtuvo a cambio los balbuceos más lindos que había escuchado ¿Esto era lo que Tae y Hobi sentían al escuchar a Yoon?

Parecía que su corazón podía derretirse... Demasiado adorable... Le dio muchos besitos por la cara haciéndolo reír.

Supo de inmediato que debía cuidarlo tal y como lo hacía con Yoongi, podía utilizar las cosas de éste prestadas... No habría problema si después volvía a lavar todo.

El único problema era que Nam era unos centímetros más alto que él y últimamente había ido demasiado al gym... En otras palabras era un bebesaurio. Rió ante su ocurrencia.

Puso las manitas de Nam en sus mejillas.

— ¿Tienes hambre, corazón? – preguntó.

Para su sorpresa obtuvo un asentimiento del pequeño Nam.

Jin se paró y fue al lado de Nam, hizo que pusiera sus bracitos al rededor de su cuello y lo cargó poniendo su peso en su cadera.

Si, definitivamente un Dino bebé, pero... Era suyo y no le molestaba cargarlo.

Lo sentó en una silla para que esperara en lo que preparaba un biberón con leche.

Una vez listo lo sentó en sus piernas y lo acomodó. Quedó aún más fascinado en cuanto Nam comenzó a beber aquella leche calientita, nunca había sentido una conexión tan fuerte.

Nam succionaba despacito mientras con sus manitas jugaba con la playera de Jin.

Había diferencias entre Yoon y Nam, principalmente era que éste último casi no lloraba. Era un niño muy bien portadito.

Jin había logrado distraerlo con juegos simples en su celular, le había dado un cuaderno y colores para que dibujara y disfrutó cada dibujito que le regalaba.

Nam balbuceaba supuestamente platicando con Jin, quién de vez en cuando asentía y le pedía que le contara más como si comprendiera todos esos soniditos.

Descubrió que le gustaban las cosas dulces, sobretodo el chocolatito. Y con ello que era muy desastroso para comer, sobretodo cuando decidió darle un poco de puré y terminó embarrado por completo de comida.

No era muy obediente a la hora del baño, pues Jin terminó empapado por su culpa. Pero en cuanto estuvo sequito y cambiado tomó la siesta abrazando a Jin.

De vez en cuando le daba pequeños mimos y caricias al pequeño mientras dormía, sentía que lo que llevaba cuidando a Yoon había sido mayormente preocupación... Pero estaba disfrutando demasiado cuidar a Nam.

En cuanto despertó nuevamente aprendió algo nuevo de él, Nam disfrutaba de las cosas lindas. De las caricaturas rositas, llenas de amor y mensajes bonitos.

Y al entrar la noche, el pequeño simplemente había recargado su cabecita en el hombro de Jin para dormir. Se había llevado la manita a la boca mientras hacía pequeños soniditos.

Lo cargó para llevarlo a la cama... La verdad era que Jin tenía muchas dudas, ¿desde cuándo Nam era pequeño? ¿acaso había estado solito esas veces? ¿por qué lo ocultó? Y más aún... ¿qué lo había llevado a ser pequeño... ?

Hoseok llegó haciendo algo de ruido e instintivamente salió a pedir que guardara silencio.

— Es que... Nam está dormido – explicó esperando no sonar extraño al decir eso.

— Oh, perdón... – fue la única respuesta de aquel chico, quién traía una gran sonrisa en el rostro.

— ¿Les fue bien? – preguntó Jin ahora tomando su papel del mayor del grupo

— Sí, gracias – contestó Hoseok suspirando.

Jin rió.

Parecía ser que el amor les había pegado fuerte a todo el grupo.