Capítulo 9 I

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SAMANTHA.

No quiero ser salvada.

La brisa rosa mi cuello y mueve mi cabello cobrizo, desde el segundo piso donde me encuentro puedo ver a las personas caminando por el pavimento, la brisa trae el olor a pizza recién horneada y mis tripas rugen mientras me muevo en la silla donde estoy sentada,  Estoy en un bonito restaurante con vista a la ciudad junto con Irina.

Menos de veinticuatro horas han pasado desde lo sucedido en el  hotel. Lo cual no logro procesarlo todavía, siento que ha sido un mal sueño. Termino de contarle todo a Irina y esta solo me mira procesando la información.

Antes que abra la boca llega el camarero con nuestra orden, para Irina una pasta y para mí una pizza junto con las bebidas, el camarero se retira e Irina comienza a hablar.

—Falta de comunicación. —Dice metiéndose un bocado a la boca.

— ¿Qué?

Levanta su dedo índice para que aguarde un momento mientras traga el bocado, tomo el vaso y bebo mientras que Irina comience la conversación ya que presiento que será un debate.

—Falta de comunicación, eso fue lo que paso con ustedes dos.

—Pero...

—Cállate, y déjame hablar, como decía, eso fue falta de comunicación...

—Eso ya lo repetiste tres veces. —me aniquila con los ojos por interrumpirla.

—Y lo voy a seguir repitiendo si me sigues interrumpiendo. —Pongo los ojos en blanco pero la dejo hablar. — ¿Cuándo aceptaste la propuesta, se dijeron que se iban a seguir viendo? ¿Cómo se iban a despedir o al menos si lo iba hacer?—Abro la boca pero Irina no se calla. —Si la respuesta es un no, no tienes por qué estar de esta manera. —Ahora soy yo la que la asesino con la mirada. —Déjame terminar.—Dice bebiendo un sorbo a su bebida.—No lo estoy justificando, porque eso no fue de caballeros dejarte sola por la mañana, por lo menos hubiera tenido la decencia de despedirse de ti, o al menos decirte que se la paso bien, y no mandar a uno de sus empleados. Pero al parecer solo pusiste un par de condiciones, y en ellas no iba que pasaba por la mañana, ese fue un grave error. —Dice señalándome.

—Ahora la culpable soy yo.

—Ambos, por no poner las cartas sobre la mesa, y en lo único que pensaron fue en revocarse entre las sabanas.

No respondo y mejor comienzo a comer mi pizza que huele deliciosa, solo que ahora ya no tengo mucho apetito. — ¿Por qué te afecta tanto que se haya largado? Sé que esto nunca antes lo habías hecho, tirarte a un tipo el que acabas de conocer, la de eso soy yo, bueno solo que conmigo son chicas, siempre conoces a tu acostones, y siempre los dejas como unos idiotas buscándote, pero siempre corres de ellos, con el que más tiempo has estado es con Sebastián, y si no te conociera pudiera decir que sientes algo por él, pero con Alessandro a quien acabas de conocer y probablemente nunca más lo vuelvas a ver en tu vida, te afecta más de lo que quieres admitir.

Su respuesta me deja en que pensar, ya que nunca lo había visto desde otra perspectiva.

Si es cierto que con la personas que más "relación" he tenido es con Sebastián, y mintiera si dijera que no siento aprecio por él, lo conozco desde muchos años atrás y apesar que entre nosotros no hay nada formal lo he llegado apreciar.

Pero con Alessandro es diferente, desde el primer día que lo conocí en ese vuelo estúpidamente pensé que sería algo diferente, lo que no esperaba era que lo diferente fuera lo qué pasó hace unas horas.

—No me afecta como dices.

— ¡Por dios! A otro perro con ese hueso, ¿Viste al mesero mientras nos tomaba la orden y nos servía?— La miro confundida por su cambio de tema.

PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora