CAPÍTULO 19

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Cárter y Drew ponían rumbo hacía Alcanar. Le faltaban treinta kilómetros pero el indicador de la gasolina marcaba en reserva. En cualquier momento el Toyota les iba a dejar tirados en la carretera. No tenían ningún bidón, se lo habían llevado el resto en los otros vehículos.

Drew conducía mientras Cárter estaba de copiloto. La noche anterior no cruzaron palabra sobre la momentánea pérdida de memoria de Cárter. Durante el trayecto Drew, le preguntaba cosas cotidianas y lo recordaba absolutamente todo, excepto la batalla contra los Sfongs en el lago.

El Toyota comienza a disminuir la velocidad considerablemente. Sabían que se estaban quedando sin gasolina, Drew giró el volante en dirección a la derecha, para no dejarlo en mitad de la carretera. Un movimiento absurdo porque no iba a obstaculizar el tráfico.

—Mierda— Drew pegó con fuerza su mano contra el volante.

—Hasta aquí hemos llegado—Cárter sale del coche—toca caminar— Drew sale a regañadientes.

Cárter se dirige al maletero, saca dos mochilas con unas asas de color negro, se lo coloca en la espalda, y Drew hace lo mismo.

—No sé, como tienes fuerza para continuar— resopló— yo estoy destrozado.

—No seas nenaza Drew, en una hora estamos en Alcanar— Cárter le da una palmada en el centro de la espalda.

Drew tras la palmada pierde un poco el equilibrio.

—Hum, si tan nenaza soy, lleva tú mi mochila— cruzó los brazos sobre el pecho.

—Sí, claro— se rió— ¿Quieres que te abanique también?—preguntó con ironía.

—Jajaja, si insistes— Drew hace una mueca— Anda llevame la mochila— Drew le mira fijamente a los ojos haciéndole pucheros.

—Te llevaré la mochila—contestó Carter.

 —¿Estas de broma?— preguntó con la ceja izquierda levantada.

—No, te llevaré la mochila—repitió Cárter.

—Que raro estas, bueno, toma— se quita la mochila y se la tiende a Cárter.

Cárter coloca la mochila delante, en su pecho, y atrás, en la espalda, su mochila.

Siguen caminando hasta que ven en un pequeño panel rectangular clavado en la calzada, el nombre del pueblo.

—¡Hemos llegado!—gritó Drew ilusionado— trae, pasame la mochila.

—Toma—Cárter le devuelve la mochila.

Una vez que Cárter ya no tiene la mochila en sus manos, se coloca la mano en la cabeza y lentamente vuelve a perder el conocimiento.

—¿Qué ha pasado?— preguntó Cárter levantándose de la carretera.

—Ehm..., te has vuelto a desmayar— consigue decir Drew—no tenías que haber cogido mi mochila, lo decía en broma.

—¿Tu mochila?, no te he llevado la mochila— negó con la cabeza.

—Sí, lo has hecho— Drew carraspeo— te pasa algo extraño, cuando veamos a Sally, como es doctora, que te haga un chequeo o como demonios se diga.

—Vale— Cárter mira a su alrededor—¿Cómo hemos llegado tán rápido al pueblo?— señaló al cartel.

—Hemos estado caminando una hora, ¿ no lo recuerdas?.

—No, no recuerdo una puta mierda— frunció el ceño.

—Relájate, busquemos a los demás y seguro que Sally sabe lo que te ocurre— sonrió Drew de un lado de la cara.

Cárter y Drew entran al pueblo dispuestos a encontrar al resto. Tras varias horas buscando, al fin encuentran la caravana y entran dentro. Estaba vacía, todo les resultaba familiar a excepción de un libro de tapa dura, en la litera de arriba. Abrieron el libro y todas las páginas estaban en blanco, menos una frase escrita en  cursiva a mitad del libro" Inimici, ad me venite, quaeso ", no le pusieron importancia, cerraron el libro y un sonido abriendo la puerta les puso en alerta, sacando su hacha y el machete.

—Tranquilos— soltó Paige alzando las manos— solo vengo a por ese extraño libro que tienes en la mano, rubito.

—Tengo un nombre— farfulló Drew— Y no te voy a dar nada, ¿quién eres?.

—Sí,sí, no sé si eres Cárter o Drew— movió sus ojos de lado a lado mirándolos.

—¿Cómo sabes nuestros nombre?— preguntó extrañado.

—Porque me lo han dicho vuestro amigos— ironizó— podéis bajar esos cachivaches— refiriéndose a las armas— no quiero haceros daño— Paige sonrió con la boca abierta.

—¿Hacernos daño?, no tienes ningún arma— intervino Cárter.

Paige junto sus manos, y las fue separando poco a poco mientras en el medio se iba creando una bola de electricidad, creando pequeños rayos, cuanto más separada las manos, más grande se veía los rayos de electricidad que desprendía.

Cárter y Drew, se miraron horrorizados y soltaron las armas de inmediato.

— ¿Qué eres?— preguntaron ambos.

—Soy una Mágica, como vosotros— Paige volvió a juntar sus manos y la energía se desvaneció.— Venid conmigo, os estábamos esperando, la reunión va empezar. 

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