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Dancen tras tranquilizar a la población de Garin con su discurso, se acercó a las chicas.

—Id a mi casa, quiero hablar con vosotras —tras decir eso se fue.

No fueron las primeras en llegar, allí estaban Evander, Seth y su grupo, poco después entró Dancen acompañado de un chico, al verle Dhara corrió a abrazarle, agarró su mano y le llevó hasta Cal.

—Cal, este es mi hermano Ryuu —dijo la pelirroja sin parar de sonreír.

—Hola, encantado —saludó el chico.

Dancen carraspeó para llamar la atención de los allí presentes.

—Bueno como ya sabéis una nueva amenaza nos acecha, pero esta vez no será tan fácil derrotarla —se giró a mirar a Cal —Vienen a por ti, pero no podemos permitir que te capturen ni que te hagan ningún mal, así que el plan es luchar y protegernos ante los ataques, pero si las cosas se ponen feas deberás irte con Ryuu a su ciudad, que estará mejor defendida que Garin. ¿Entendido?

—Si.

—¿Y nosotros qué hacemos aquí? —preguntó Seth.

—Quiero que todos los grupos colaboren en la defensa de Garin, repartiros como queráis, pero quiero que toda la ciudad esté bien defendida. Solo era eso os podéis ir.

Dhara se fue junto a su hermano a casa mientras que Cal iba a buscar a Zander.

—Cal necesitas descansar —trató de convencerla la pelirroja.

—No, si soy la única que puede parar esta guerra no me quedaré esperando el momento de huir, lucharé junto al resto —se dio la vuelta y se fue.

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La reina entró furiosa al despacho del doctor.

—Más vale que estén listos.

—Pra...Prácticamente mi señora.

—¿Cuántos son?

—Son veintinueve mil novecientos noventa y nueve.

—Debían ser treinta mil.

—S...Si señora, pero ocurrió un inconveniente, la última chica que nos trajeron ¿cuál era su nombre? —rebuscó entre sus papeles —Aquí está si, Nesta.

—¿Cómo? —la cara de la mujer comenzó a tornarse roja —¿Cómo pudisteis dejarla escapar?

—Nosotros no...

—¡Silencio! No quiero oír tus excusas baratas, necesito a todos tus efectivos en el puerto lo antes posible, ya hablaremos después de tu castigo.

La mujer salió de la sala, furiosa, seguida de dos guardias que la esperaban en la puerta.

—Cuando haya mandado a los efectivos eliminadlo.

Continuó caminando hasta un coche que la llevó a su palacio, allí en su despacho miró un gran retrato de un hombre de pelo canoso vestido completamente de azul, sus ojos provocaban remos a aquel que osase mirarlos.

—Te demostraré lo que puedo hacer, soy fuerte y aquellos bastardos de la isla de Helah sufrirán por lo que nos hicieron padre, te lo prometo.

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—Zander —dijo Cal entrando a la casa.
—Sé a lo que vienes, Cal.

—Pues vamos a ponernos manos a la
obra porque no tenemos tiempo.
Habían estado investigando la visión, los
poderes de Cal y las pocas veces que
estos se habían mostrado.

—Mientras Dancen tranquilizaba a todo
el mundo y armaba un plan para ponerte
a salvo yo he encontrado la forma de
hacer surgir tus poderes.

—¿Cómo?

—¿Cómo conseguiste cruzar la barrera para llegar a mi gruta?

—Tuve una visión en un sueño, pero
Zander...

—Shh shh shh ¿por qué estabais allí?

—Necesitábamos tu ayuda para vencer
al om.

—Exacto -el hombre toqueteaba los
papeles que tenía sobre la mesa y reía -
Y cuando el om se apoderó de ti ¿qué
era lo que veías?

—Gente sufriendo.

—¿Qué gente?

—Personas que me importan.

—Exacto, y ahí reaccionaste.

—No entiendo nada, Zander, yo solo
quiero ayudar.

—Lo sé, lo sé niña. Y podrás ayudar y yo
te voy a explicar cómo.

Volvió a revolver sus papeles en los que
había dibuios de lo que acababan de
comentar, eran dibujos elaborados pero
no muy bien hechos, ya que más que por
un hombre de más de doscientos años
parecían dibujados por un niño.

—En todas estas situaciones tenías
miedo, pero no miedo de terror, no sé si
me explico.

—No mucho la verdad.

—Pffff —resopló aparentemente molesto tenías miedo de que le pasase
algo a las personas a las que quieres, ahí
está —Cal le miraba sin entender —para
despertar tus poderes tienes que pensar
en que alguien a quien quieres le están
haciendo daño. Ven vamos.

Agarró la mano de la chica y la llevó
hasta la gruta donde la hizo tocar el
dibujo y visualizar de nuevo la visión,
pero había algo distinto.

La gente corría a su alrededor.
Gritos y llantos retumbaban en sus oídos.
Los guardias de Sereia luchaban contra los sihiri.
La escena cambió drásticamente.
Edificios ardiendo.
El cuerpo de Dancen yacía en el suelo junto en el de otros tantos.
La reina irrumpió en la secuencia.
Dhara está arrodillada junto a ella.
La reina asesina a Dhara.
Cal llora, escondida tras una casa, mientras Ryuu y Seth tratan de llevársela de allí.
Todo se vuelve negro.

—¿Qué ha sido eso? —mira al hombre que está a su lado —¿¡Qué ha sido eso!?

—No lo sé.

—Se supone que debo salvarlos, entonces ¿por qué pasa eso? ¿Por qué me sacan de allí?

—No lo sé, Cal, pero una cosa está clara, ya sabemos lo que tenemos que evitar.

—¿Y cómo hacemos eso?

—Cal, que no lo sé, pero piensa que jugamos con esa ventaja.

—¿Ventaja?

—Sí, vamos a mi casa que se me está ocurriendo un plan y hay que apuntarlo antes de que se me olvide.

—Sí, vamos a mi casa que se me está ocurriendo un plan y hay que apuntarlo antes de que se me olvide

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¿Qué os ha parecido?
¿Se cumplirá la visión o serán capaces de evitar la guerra?

Crónicas De Alaviv 1: Buscando En El Abismo® Where stories live. Discover now