31

12 6 8
                                    

El ejército se acercaba a la ciudad, las pisadas de miles de soldados se oían en el interior de los mudos de Garin, donde empezaban a prepararse para la inevitable lucha que dentro de poco iba a comenzar.

—Fach undä fang zhikil oi zhush! (¡Quiero a treinta soldados allí!) —gritaba Dancen, dando órdenes y movilizando a todos los ciudadanos de Garin —Bu foch dmujev shång fu! (¡Bloquead las puertas!).

Todo era un caos, la gente intentaba ayudar y mantener la calma, pero después de lo que ocurrió con Eris, que era una ciudad más grande y con mejor defensa que Garin, se notaban los nervios y el miedo en el ambiente.

Pero los esfuerzos no fueron suficientes, los muros y las barricadas fueron destruidos por los gigantes que seguían las instrucciones de la reina. Todo quedó en silencio, con la caída del muro se levantó una gran nubareda de polvo, todos se quedaron inmóviles, no se veía nada.

Una figura emergió de entre la nube, la reina se paró frente a los ciudadanos de Garin, que la miraban estupefactos.

—Bu pak jzhu! (¡Preparaos!) —Gritó Dancen.

Todos se prepararon para atacar, el ejército de la reina se colocó a su espalda, esperando órdenes, la reina sonrió.

—Buenas queridos ciudadanos de Garin —analizó a la multitud buscando a Cal —como ya sabréis he venido buscando a Cal Morris, sé que se encuentra aquí y que vosotros la protegéis, o al menos vuestro líder lo hace. Hoy me siento generosa, así que os voy a dar una última oportunidad, tenéis cinco minutos para traerme aquí a la chica.

Cal, Dhara y Seth observaban esto escondidos tras un edificio, Zander se acercó a los chicos sin ser visto por la monarca de Sereia.

—Cal, tienes que irte.

—No puedo hacer eso, no os voy a abandonar.

—Cal, sabes que eres la única que puede salvarnos, pero no estás lista aún.

—Tic tac, tic tac, el tiempo pasa y todavía no veo a la chica —avisaba la reina.

Nesta, quien se había separado del grupo poco antes de que la reina llegase, se acercó al cuarteto.

—No te vayas.

—¿¡Estás loca?! ¿¡Cómo se va a quedar aquí?! —exclamó Zander, pero no lo suficientemente alto como para qué la reina o sus secuaces le escuchasen.

—¿Cómo estás tan seguro de que no está lista? Puede que no controle sus poderes, pero cuando los habéis necesitado han aparecido.

—En eso tiene razón —dijo Seth —Cal no sabe usar sus poderes, pero cuando necesitábamos encontrarte nos ayudaron, y la salvaron del om.

—Se acabó el tiempo —anunció la reina, sonrió y ordenó —matadlos a todos y traedme a la chica.

Así comenzó la batalla, de nuevo al'adas contra sihiris, Seth, Dhara y Zander se fueron a luchar con los suyos, mientras Cal y Nesta corrieron a buscar un lugar donde esconderse.

En el campo de batalla, los shiris eran alcanzados por proyectiles mientras trataban de utilizar sus poderes para defenderse. Las casas ardían a medida que las tropas de la reina avanzaban por la ciudad, dejando un reguero de sangre a su paso.

Un gigante perseguía a un grupo de niños, pero cuando estaba a punto de alcanzarles, Ev se interpuso, usando todas sus fuerzas trató de frenar al enorme ser, mientras forcejeaban los músculos de Ev comenzaron a desgarrarse, haciendo que este soltara un alarido de dolor, pero eso no le frenó, continuó usando todas sus fuerzas para frenar al gigante, pero no lo soportó, llegado el momento sus huesos también comenzaron a romperse.

Crónicas De Alaviv 1: Buscando En El Abismo® Where stories live. Discover now