Capítulo 4

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Narra: ay, pa´ que, es obvio…

Mi nombre es Abril O´neil (ajá) tengo 16 años, aún estoy estudiando, pero conseguí un trabajo de medio tiempo (uno más) para conseguir dinero extra, por alguna razón a donde quiera que vaya me sigue la desgracia, vivo en Nueva York y se perfectamente que es una ciudad muy loca, pero en serio, debí haberle dicho algo malo a una bruja en otra vida porque esta mala suerte no tiene explicación. He trabajado de cajera en supermercado, presentadora en acuario y en un concierto, incluso fui animadora de fiesta, pero no importa lo que haga, siempre el destino se las ingenia para que algo salga mal, sieeeeempre. pero, en fin, no podemos ser negativos, conseguí una motocicleta y hoy mismo empiezo mi trabajo como Delivery, ósea ¿Qué puede salir mal? además de cualquier percance con el trafico y cosas así, lo único que tengo que hacer es llevar una pizza de un lugar a otro en menos de 30 minutos, esta tiene que ser la buena, tengo un buen presentimiento.
-otra vez tienes la cabeza en las nubes Abril.
- ¿Qué? a no, claro que no-negué haciendo énfasis con mis manos- ¿Qué haces aquí a todo esto “Cassandra”?
- ya te dije que me llames “Casey”
-no sé, sigo enojada contigo por haber arruinado mi último empleo.
-me pediste que te ayudara a animar la fiesta.
-sí, no que te pusieras a jugar hockey sobre las mesas, mis papás tuvieron que pagar los daños.
-No niegues que lo intenté-se apoyó perezosamente en los casilleros a mi lado, saqué mi último libro y rodé los ojos con una sonrisa.
-sí, si, supongo que la intención es la que cuenta-cerré mi casillero y me encaminé al salón de clases.
-…   HEY-Casey me alcanzó un poco más adelante-lo dijiste con un tonito.
- ¿un tonito? - traté de aguantarme la risa, Casey suele ser muy… “intensa”, se toma todo a pecho.
-Sí, como si todo lo que hubiese hecho fuese una catástrofe monumental-JÁ, no me digas…
- ¿no lo fue?
-los niños se estaban divirtiendo-alegó poniéndose las manos en los bolsillos-si no se hubieran cruzado con el pastel…-uy si, fue horrible, llovía crema por todos lados ¿adivinen quien tuvo que limpiar?
-Jaja, ok,ok, admito que en los primeros momentos hiciste un buen trabajo-ella sonrió-y después PFFFNSDSF-se hiso la ofendida, pero bueno, supongo que ya no estoy tan enojada con ella.
- ¿Qué harás hoy después de clases?
-tengo que ir con Sunita a terminar un proyecto y luego a trabajar.
-ya te conseguiste otro trabajo
-SIP, y este no lo voy a arruinar.
-seeeee, y yo no sé andar en patines, ahí te vez gafas-desapareció antes de que pudiera reclamarle.
Dicho y hecho, fui a casa de sunita a terminar un informe que teníamos que hacer para biología, lo terminamos temprano y aprovechamos de ir por helado, todavía tengo tiempo, muy bien, eso es una buena señal, regresé a casa, le di de comer a Mayhem, me cambié de ropa, casco, llaves y andando, esas pizzas no se repartirán solas.
-llegas temprano-el hombre a cargo de darme las cajas que debo entregar (creo que se llama Jack, no se, era como un nombre simplecito) me recibió con una sonrisa.
-es que quiero empezar bien-contesté.
-Bien, conoces las reglas, tenemos una política, la pizza tiene que llegar en menos de 30 minutos o es gratis, las direcciones están anotadas sobre las cajas, pero también las enviaré a tu teléfono, pon esto-me entregó una pegatina con el logo del local-en tu casco para que sepan de donde vienes y ¡Ah! otros repartidores de la competencia han comentado que algunas de las pizzas que deben entregar se pierden, muchos dicen que las roban, así que POR FAVOR “vigila tu carga” tenemos prestigio y no queremos perder clientes-dijo todo eso tan rápido que me costo seguirle el paso, pero al final comprendí, me puse la pegatina lo mas derecha que pude y asentí con firmeza, mientras tomaba las cajas y las aseguraba en mi motocicleta leí la primera dirección, 3 son para una casa aquí cerca, pan comido.
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Pasaron varios meses, los 2 mayores sabían hablar perfectamente para su edad, al pequeño Mikey aún le costaba un poco, pero se esfuerza. Rafa encontró cosas útiles para ellos, descubrió que a Donnie le encantan los libros, al principio solo se pasaba viendo las imágenes, así que la tortuga se propuso enseñarle a leer, resultó ser mucho mas bueno con esto de la lectura, hasta el punto de que leía en voz alta para los demás. Leo parece ser muy apegado a la tortuga de morado, pero no tenían gustos muy parecidos, a el le gustaba jugar, sumergirse en roles mientras jugaba, podía ser un caballero, un ninja o un pirata, Mikey juega con él y Donnie cuando no está leyendo. el pequeño Angello es un artista y tubo la suerte de que papá Rafa encontrara acuarelas casi intactas y un pincel, no era mucho, pero fue el mejor regalo que pudo haber recibido jamás.
tuvieron que ampliar la guarida, trasladarse a un sitio mas grande y espacioso, Rafa eligió unos amplios túneles un poco más cerca de la superficie, instaló el generador, hiso varios viajes para llevar las cosas y con sus niños bien sujetos a su caparazón inauguraron su nuevo hogar, tenia una mejor iluminación, menos ratas y agua limpia (gracias a los filtros de esa zona) la habitación de Rafa estaba junto a la de las tortuguitas, en frente se aseguró de crear una especie de comedor y una sala con espacio suficiente para sus juegos mas elaborados, con esfuerzo y tiempo pudo hacer algunos muebles, donde Donnie guardaba sus libros y sus cachivaches (le gusta construir cosas con la chatarra) una mesa con algunas sillitas y un baúl para juguetes (nada sofisticado) tenían algo parecido a una vida normal.
- ¿ya te vas?
-si, solo iré a buscar comida para esta semana…
- ¡yo quiero ir contigo! - dijo Leo, a su lado Mikey le apoyaba.
- ¡yo también!
- saben que no pueden acompañarme, allá arriba es peligroso.
-No causaremos problemas-interrumpió Donnie acercándose a sus hermanos.
-me encantaría llevarlos si fuera seguro, pero si no quien cuidaría la guarida cuando no estoy-sonrió el mayor, parecieron pensar un momento -no tardo, protéjanse entre ustedes, Donnie, no juegos bruscos, recuerda que…
-si, si, mi caparazón, ya lo se.
-y no se acerquen al lado profundo del agua- se agachó a darles un abrazó-los quiero mucho-los 3 musitaron un “y nosotros a ti”, Rafa se fue a la superficie…
Aaaa, la superficie, un lugar que a estas tres pequeñas tortugas les daba tanta “curiosidad”.

Tres Pequeños ProblemasWhere stories live. Discover now