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Ver a Ten lo hizo sentir como una canción de Måneskin, no se entendía nada, pero por el tono de su voz y alguna que otra palabra que se podía cazar, entonces se distinguía que estaba cantando con el corazón.

Así se sentía Taeyong, como si su existencia fuera algo incapaz de comprenderse por la mayoría de las personas a excepción de aquellos que se tomaban el tiempo y la paciencia de hacerlo.

Como Doyoung.

O como Hendery.

Ten estaba en la sala jugando con los mellizos, Lisa y Xiaojun, mientras que él estaba en un rincón comiendo una porción de pastel, Hendery estaba hablando con Jaehyun y Sicheng de algo que no entendía así que no podía fingir estar con ellos o sentirse cómodo con ellos.

No podía irse porque Hendery se lo había dejado bien en claro, este día era importante para Ten y Ten era importante para él, y supongo que a veces no importaba qué dijeran esos post de autoayuda de internet, si amas a una persona no vas a hacerla sentir despreciada en el día que nació solo porque no te sientes bien contigo mismo, era cuestión de compromiso emocional.

Podía decirle a Ten que se sentía mal e irse, pero ¿No era eso sumamente egoísta? Mañana en la noche Ten se iría.

El mellicito de pecas se acercó a él con una porción de pastel, sentándose a su lado.

—pareces un muñeco—Félix le dijo, chupando la cuchara después de comer un trocito del pastel de chocolate—¿Eres real?

—¿Qué quieres decir?—Taeyong entre cerró los ojos, mirándolo—por supuesto que soy real.

El otro mellizo se acercó, Hyunjin le miró con el ceño fruncido, poniéndose entre él y Félix sin decir absolutamente nada.

La fiesta continúo mientras que él estaba con dos niños de seis años que comían pastel de chocolate como si tuvieran dos años.

—Taeyong, ya iré a casa con Mark ¿Qué harás?—su padre se acercó a él con Mark detrás suyo, sujeto a su pantalón.

El adolescente miró a Ten que ahora estaba hablando con Johnny y Doyoung, suspiró y se levantó—bien niños, el chico irreal se va.

—por fin, creí que te quedarías todo el día aquí—Hyunjin dijo, mirándolo fijamente.

Taeyong bufó, abrazando a Mark que empezó a gritar desesperado—no grites, Mark, no sabes lo aliviado que estoy de que seas mi hermano.

—¡Taeyong! ¡Déjame! ¡Ti-tienes que avisarme! ¡Me siento asqueroso!—Mark empezó a llorar y Taeyong lo soltó rápidamente, suspirando hasta que alguien lo abrazó, haciéndolo gritar.

Pero entonces lo vio, era Ten sonriendo travieso—¡No le hagas a Mark lo que no te gusta que te hagan! ¿Ya te irás?

Su mejor le miró con esos bonitos ojos negros que tenía y Taeyong mordió su labio inferior—mi nivel de socialización se acabó—susurró—además, Hyunjin acaba de destrozar mi autoestima.

Ten miró a los mellizos en el sofá, Hyunjin tenía su dedo dentro de la nariz de Félix, hizo una mueca, volviendo a mirar a su amigo—sí, también ha destrozado el mío, me dijo que soy el más feo de los hermanos Kim, duele el doble, ya sabes.—el adolescente rio y Taeyong negó con la cabeza.

—no eres feo ¿Podemos mañana vernos por un momento antes de que te vayas?—Taeyong vio que su padre y Mark ya estaban yéndose, Renjun se fue corriendo con los mellizos hasta el segundo piso y Doyoung dijo que lo llevaría con él después.

—por supuesto ¿Quieres que desayunemos juntos? Podríamos salir solo tú y yo—los ojitos de Taeyong brillaron ante la propuesta, asintió de inmediato hasta que Ten dijo—oh, pero Xiaojun podría sentirse raro quedándose solo ¿Está bien si viene con nosotros? En realidad—Ten se ruborizó y se golpeó las mejillas con las palmas—es un secreto—el adolescente se inclinó y le susurró al oído—Xiaojun y yo estamos en algo.

Los KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora