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—¡el abuelo Minseok dice que este año vamos a celebrar nuestros cumpleaños!—chilló Felix mientras Yuna caminaba con él en brazos. 

—sí, Minseok y yo hemos estado hablando de ello ¿quieres algo en especial? Hyunjin y tu tendrán pasteles diferentes ¿te gustaría algún diseño?—la joven mujer preguntó, sosteniéndolo con cuidado. 

—¡sí! ¡quiero a ladybug! ¡quiero mi pastel de ladybug!—gritó entusiasmado. 

—¿por qué no están durmiendo?—Johnny preguntó, frotándose los ojos mientras bajaba las escaleras. 

Yuna rio bajito y Felix levantó los brazos en alto mientras su madre lo intentaba acunar para que volviera a dormir—¡tuve pesadillas! ¡monos gigantes que se comían las casas! 

—ugh, suena horrible—murmuró el adolescente yendo hacia la cocina—¿estarás bien? ¿no tienes que trabajar temprano?—preguntó mirando a Yuna, la chica de cabello oscuro y largo sonrió con amabilidad como siempre. 

—está bien, un par de horas menos no lo harán daño a nadie—susurró, acompañándolo a la cocina con Felix en brazos—¿te despertamos?

Johnny negó con la cabeza, abrió la heladera y se preparó un sándwich, les ofreció y ambos accedieron—olvidé dejar mi celular en silencio y Yuta me envió veinte memes hace un minuto, casi me dio un infarto y Jaemin me golpeó el rostro molesto por el ruido. 

Yuna rio bajito—¿otra vez está en tu cuarto?

—es un proceso con mucho retroceso en ocasiones—hizo una mueca, riendo al ver como Felix todavía no se quitaba la costumbre de atragantarse con la comida. 

El faisán de los mellizos se unió a ellos, saltando sobre la barra y picoteando las migas sobre la mesada, los tres lo quedaron mirando y tanto Yuna como Johnny suspiraron. 

—Jacobo abajo—ordenó Felix, señalando el piso. 

La ave hizo unos ruidos extraños y se bajó, así que el niño aplaudió contento y Johnny rio—oh, Jacobo tiene más modales que Donghyuck. 

—el abuelo Minseok nos ordenó educarlo, dice que sino no podrá entrar a la escuela—lamentó Felix, haciéndolos reír. 

—¿ah, sí? supongo que Jacobo necesita una maestría.—rio Johnny. 

—sí.—respondió con total seriedad el mellicito. —ah, Johnny, si sabes que será mi cumpleaños ¿cierto? lo haremos aquí ¿vendrás? 

Yuna sonrió con gracia y Johnny asintió—si me invitas, sino tendré que quedarte en mi cuarto. 

—no lo haremos aquí, Felix, lo haremos en un pelotero, hay más juegos para compartir con los niños, además serán muchos con tus compañeros y los de Hyunjin. 

—oh ¿un pelotero? ¿como los de las películas? wow, eso debe ser muy caro ¿mamá puedes pagar eso?—preguntó impresionado el niño. 

Yuna asintió, avergonzada—sí, estuve ahorrando un poco.

—wow, mamá, eres genial ¿sabías que la mamá de Kyung no trabaja? Kyung dice que su mamá se queda en casa ¿no es eso muy loco?—el niño preguntó pensativo—el abuelo Minseok, mamá, incluso el vecino Jongdae, ninguno de ellos se queda en casa ¿cómo puedes quedarte en casa sin trabajar? no puedo imaginarlo. 

Johnny asintió, curioso—cierto, es muy loco, creo que la mamá de Kyung es genial también por quedarse en casa, seguro tiene que hacer mucho trabajo allí también. 

Felix se cruzó de brazos, pensativo—¿pero mamá y el abuelo Minseok no trabajan el doble entonces? ¿mamá no estás cansada?

—no, no estoy cansada, pero ¿no tienes sueño? son las cinco de la madrugada, en dos horas te tienes que levantar para ir a la escuela.—Yuna acarició el cabello fino, largo y oscuro de su hijo, mirándolo con nostalgia. 

Los KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora