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                       Dos meses antes.

Pueblo Canterbury

Estaba en la casa de mi mejor amigo, haciendo su despedida.

Para que entiendan un poco más les cuento...

Alejo, mi mejor amigo desde que tenemos cinco años, es como mi hermano, mi cómplice en todo. El se muda a Canadá, va a ir a estudiar derechos, y la universidad que a él le gusta y a la cual le mandaron una beca de intercambio queda en Canadá. Por esa misma razón le estamos haciendo la despedida, un despedida a la cual me cuesta aceptar.

—Lexa—Mi mejor amiga se acerco a mi con un vaso de ponche—Ten, es de frutilla.—Me entendió el vaso que tenia un líquido rosa en su interior junto a un sorbete morado.

Guarde mi celular en mi bolsillo y agarre el vaso que mi mejor amiga me brindo, lleve vaso a mis labios, probando la bebida a la cual estaba estupenda.

—Gracia, Sara—Ella me dedico una sonrisa e imitó mi acción.

Sara, ella es mi mejor amiga desde hace cuatro años. La conocí cuando estudiaba en la universidad de letras, en las afuera del pueblo. Sara sabe todo de mi, más que alejo. Sabe que estoy escribiendo un segundo libro, los problemas que tengo, sabe todo de mi, se ganó mi confianza en un abrir y cerrar de ojos.

Ah y sobre mi libro.

Verán, cuando salí de la universidad de letras comencé a escribir mi primer libro al que en hoy en día es muy famoso. Cuestión, estoy escribiendo el segundo libro al cual solo le falta el final, pero por alguna razon me cuesta volver a escribir. También tengo que firmar un contrato para que mi libro pueda traducirse al inglés y salir en ese idioma para los demás países, como Estados Unidos, Canadá, etcétera.

"Estábamos hablando de Sara, lexa"

Mi conciencia me hizo volver al tema. Últimamente estoy muy estresada y me distraigo fácilmente.

Bueno, Sara, mi mejor amiga es muy especial para mí, ella sabe todo sobre mi libro, más que nadie. Sabe dónde están los papeles del contrato, sabe dónde está el pendrive con el libro y sabe mi contraseña de la computadora donde tengo el libro. Yo confío en ella y ella confía en mí.

—¡Atención!—la voz de una chica provocó que todos llevarán su atención a ella—vamos a jugar un juego—a los gritos todos empezaron a decir "si".—Vamos a jugar al juego de la copa—La chica levanto una tabla que tenía números, letras y un SI y NO en el centro. Y en la otra mano una copa.

Todos los amigos de alejo empezaron a gritar "No, ¿estás loca?", "A mí me da miedo", "no, tengo ganas de morir pero no así".

"Ese fue muy gracioso."

Y otros decían, "si", "vamos a jugar", "yo quiero".

Yo solo me dedique a mirar y escuchar. La verdad no me interesa participar en eso. Digamos que es una tontería, una boludes.

¿Existe?, Ni tengo la menor idea.

¿Creo en eso? No.

¿Como un ser de otro lugar va a venir a molestarte?, ¿un ser de otro mundo te va a venir a decir que si tu ex vuelve o no? Por favor, eso se lo cree un idiota. Es una tontería. Eso fue un invento de las personas para vender cosas de terror y esa mierda.

—A ver, los que no quieren se corren a un lado y dejen libre en el centro. Y los que si quieren jugar se sientan en el centro—Mi mejor amigo apareció para poner orden.

Todos las personas que querían jugar se sentaron en el centro, en el piso de madera y digieron sus miradas a la chica que tenía la tabla que coloco está en el medio de las personas y la copa boca abajo arriba de la tabla. Empezó a dar las reglas del juego y explicar cómo se jugaba. Todos asentía a lo que decía la chica y empezaron a jugar.

Luego de media hora estando viendo cómo se apagaban y se prendia la luz, haciendo como transferencia, y ver como rechinaba la puerta de la cocina que estaba a unos pasos de donde se encontraba las personas sentadas y ver como se movían las copas que estaban en un mueble juntos a los tragos.

"De seguro era un idiota tratando de hacerlos asustar."

A mi no me engañaban, todas esas cosas eran patrañas, eran inventos.

Sentí vibrar mi celular en el bolsillo trasero de mi jeans. Salí de la casa al patio de atrás, sacando esta de mi bolsillo. Ya era de noche, la luna y las estrellas pintaban el cielo azul negro, los árboles se movían y el viento estaba muy frío a lo que provocó que frunciera  mi rostro al sentir este contra mi cara.

La casa de alejo quedaba en una zona más alejada, como en un campo o bosque, era un hermoso lugar de día, muy bonito para leer un libro o escuchar música. Pero de noche era todo lo contrario, se escuchaban ruidos de los búhos, los grillos cantar, y parecían que te observaban, muy escalofriante.

Deslizó mi dedo por la pantalla y se me hace extraño al notar un número desconocido en este —nunca me llamaron de esta forma—, atiendo mi celular con una sensación extraña recorre por mi cuerpo.

Nada, no se escuchaba nada. Era como que llamaron y dejaron el celular a un lado.

—¿Hola?, ¿Quien habla?— Le hablo al desconocido.

Se escucha como alguien respira contra el parlante y una risa de fondo, no era una risa exagerada, ni burlesca. Eso me causo escalofríos, provocó que se me ponga la piel de gallina. Corte la llama, guarde mi celular dónde estaba y aún más confundida camine dirigiendome a la puerta para entrar nuevamente a la casa.

¿Quien podía ser?, ¿Era una broma?, ¿como tiene mi numero?. Millones de preguntas invadieron mi cabeza. Sea lo que fuera no me gusto. Me causo algo raro. Suspire y volví a la sala, ya no estaban jugando, y no quedaba mucha gente, la mayoría se habían ido.

Busque con la mirada a mi mejor amiga, pero no había rastro de ella. Sonreí al ver a mi mejor amigo prenderce un cigarrillo y me acerque a él abrazándolo por la cintura.

Alejo deposito un beso en mi cabeza y una sonrisita se escapo de mis labios —¿Y Sara?— pregunté por mi mejor amiga ya que seguía sin aparecer.

—Creo que fue al baño o salió a fuera, no lo se, no la vi irse—Respondió mi amigo que aun estaba abrandome con uno de sus brazos por mis hombros  y con el otro llevaba su cigarrillo a sus labios dando una calada.

—Se supone que me tengo que ir con ella, Ale— Me separece del abraso y suspire mirando a mi amigo a los ojos.

—Lexa, sabes como es ella— sentí su mano acomodar un cabello que se escapaba detrás de mi oreja— Si quieres podes quedarte.

Volví a suspirar y negue, el deposito un beso en mi frente, me acompaño a juntar mis cosas. Me iría a mi casa, quedaba a unas cuadras caminando. Aunque la idea de quedarme me gustaba, pero tenía ganas de ir a ver a Rochy y descansar bien. Pero le prometí que mañana iba a estar ahí para ir juntos al aeropuerto.

Mire a mi mejor amigo que tiro la colilla del cigarro al suelo y sonríe.

—Ay, perdón— se agacho rápidamente a agarrar la colilla, corrio a la cocina y volvio a mi lado sin la colilla en las manos— Va a la basura, puedo provocar un accidente—Largue una carcajada al intento de burla que hizo hacia mí.

—Vas a morir prendido fuego en Canadá, por que yo no coy a estar al aldo tuyo para decirte las cosas, Alejo—Me cruce de brazos y eleve mis ceja intentando estar seria y que no se me escape una risita.

—Cállate, enana— Caloco un beso en mi cabeza y luego con sus manos comenzo a despeinarme.

Yo comence a gritar y lo empuje para que se alejara a lo que él se dedico a reirse como un loco.
Mierda iba a extrañar mucho a ese idiota. Me va a doler mucho no tenerlo y no poder contarle anécdotas mientras tomábamos un té. Pero si eso de ser abogado le encantaba y lo hacía feliz, yo no era nadie para decirle que se quede y tire todo por mi. Lo amo mucho y sin importar el tiempo o la distancia, yo. nunca me voy a separar de él.

03:30 Una Noche Inesperada (TERMINADA)Where stories live. Discover now