𝓒.24

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Una semana del secuestro de Sara, Una semana que no se nada de mi mejor amiga. Una semana en que la policía y Jasper buscan y no encontraban nada. Una semana en donde solo era tristeza.

Una tristeza que nunca se volvió a ir. 

Nuevamente estaba en mi casa encerrada mirando a la nada y es que la verdad no podía salir. Tenía miedo, mucho miedo y mi casa era mi guarida. Mi casa era el único refugio seguro en mi. 

"La casa es como un cactus, hija".

No entendía a qué se refería mi madre con esa frase, pero ahora lo sé muy bien. Mi casa era mi único lugar seguro, dónde nadie puede hacerme daño. 

—Juro que nadie te hará más daño— la voz de Biel me susurraba al oído haciéndome recordar que él siempre va a estar para mí.

Yo le sonreí tiernamente. Nos encontrábamos acostados en mis cama, fui obligada por los dos ya que no e podido dormir hace un par de días. Demon se encontraba cocinando para los tres y Biel estaba al lado mío haciéndome compañía. Me acurrucó sobre él, escondiendo mi cara en su cuello y abrazándolo por la cintura, sentí como él colocaba un beso en mi cabeza y me devolvía el abrazo. Ese perfume que tiene sabor a pino con menta llega a mis fosas nasales, provocando que cierre los ojos disfrutando esa riquísima fragancia. Estar con él, estar con ellos me daban tranquilidad, me hacían olvidar un poco las cosas que me estaban pasando, me hacían salir un poco de la realidad.  

—No te vayas—le dije en un susurro, abrazándolo más fuerte y aferrando me mas a él.

—Nunca lo haré loca— sentí como colocó un beso en mi cabeza y acariciaba mi hombro mientras tarareaba algo.

Me daba tanta paz, no puedo creer que una persona—o digamos que es persona—Puede venir y hacerte sentir tan especial, tan única, hacerte sentir en paz, hacer que tu cabeza deje de pensar un poco y solo dejar que los aleteos que sentís dentro de tu estómago te hagan cosquillas para que sonríes.

Y en ese preciso momento se me vino a la mente esa noche en que ellos aparecieron.

"¿Y es que de verdad son demonios?"

Mi mente hizo la pregunta y sentía en este preciso momento en preguntarle. Preguntar si en verdad son demonios o no. Si en verdad son lo que dicen ser, por que si es así, ¿ellos pueden sentir?, ¿ellos sufren?, ¿ lo que vivieron, las historias que me contaron fueron historia que vivieron en sus vidas?. Eren preguntas que siempre rondaron en mi cabeza, pero nunca fui capaz de preguntarles. 

Entonces me separé de él y lo mire. Sus ojos rápidamente cayeron en mi, con una sonrisa en sus labios, mirándome con confusión.

—¿Esta todo bien, loca?— su mirada recorría todo mi rostro y yo solté un suspiro.

—Si— dije asintiendo con mi cabeza— Solo...— hice una pausa pensado en las palabras correctas que iba a usar.

¿Cómo le diría?.

¿Biel, son demonios vos y Demon?.

No queda muy bien.

¿Y si luego se enoja?.

Lo que menos quería es que él se enojará, sabía perfectamente que él no me haría daño, pero si se enojaría. No quería arruinar lo que había entre nosotros. 

—¿Solo que, loca?— Hablo de nuevo, haciendo que continuara hablando, un poco impaciente por lo que iba a decir . Colocó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me miro sonriente— Sabes que puedes contarme lo que quieras.

Yo le di un sonría ladeada y asentí varias veces no antes de dar un suspiro.

—...Solo, solo quería saber si tú— volví a suspirar, intentando buscar la pregunta adecuada, que suene bien y que no se ofenda o enoje — Si tú y Demon, son...

03:30 Una Noche Inesperada (TERMINADA)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant