❝ Catorce parte 1 ❞

712 102 8
                                    

7 de Marzo de 2023

Abrí sigilosamente la puerta de mi cuarto. Era ya por la noche, y sabía que Jungwon se había ido a dormir. Su habitación estaba al lado, por lo que no quería hacer mucho ruido con la chirriante puerta y despertarlo.

—¿A dónde vas?

Me asusté y di un brinco que hizo que mi teléfono cayera. No había nadie frente a mí ni tampoco a mi lado, así que me giré, viendo que Jay había aparecido detrás mía.

—He quedado con Park —le conté—. ¿Y a ti que te importa?
—¿Y tú por qué sales a la defensiva? —arqueó las cejas—. No sé... es que se me hace curioso, ¿sabes? Es la primera vez que te veo tan entusiasmada en quedar con una víctima. Y no una ni dos veces, sino siempre que tienes algo importante con él.
—Jay, es mi trabajo. —lo miré de mala gana—. No es mi culpa que tú no te metas en el papel.

Me agaché para agarrar mi teléfono de trabajo del suelo, y tras comprobar que estaba intacto, lo metí en mi bolso.
Jay no respondió, y solo rodó los ojos.

—Te tengo vigilada, Lee. —dijo esto y desapareció.

Bufé y me di la vuelta, esperando poder ir por fin a la villa Park, donde Sunghoon me esperaba para ir a los recreativos junto a sus amigos. Pero otra silueta apareció frente a mí, interrumpiéndome.
Era Heeseung, y no iba a molestar, pero pasaba por delante y terminamos chocándonos por el despiste.

Se giró preocupado, aún no se acostumbraba a tener superiores en Ghosts S.A y estar rodeado de asesinos y espías especializados. Pero al ver que era yo, relajó la expresión.

—¿Estás bien?
—Pues claro, no soy de cristal.

Rodó los ojos.
—¿Qué haces fuera? Es casi media noche —pregunté.
—He quedado con Myeong. La voy a acompañar a una cena de negocios. Estará su padre también, aunque imagino que Sunghoon no. —me miró, dando a entender que suponía que el hijo mayor de la familia saldría conmigo.
—No. Sunghoon y yo saldremos con unos amigos suyos. Me sorprende que le hayan dejado saltarse esa cena, pero ahora te toca a ti aguantar a su padre. —reí, aunque a él no le hizo especial gracia—. Suerte, Heeseung. Nos vemos mañana por la mañana, supongo.

Heeseung asintió y continuó caminando a mi lado. Ambos íbamos al mismo lugar, así que seguimos el mismo camino hasta la puerta trasera que daba al jardín vallado de atrás. Ahí nos transformamos en murciélagos y comenzamos a volar uno al lado del otro. Debido a que "éramos hermanos", lo mejor era llegar juntos dando a entender que veníamos ambos de la mansión de los Lee.

...

Cuando me acerqué junto a Heeseung pude ver a Sunghoon junto a Jake y el otro chico frente a la puerta de su casa. Todas las luces se admiraban encendidas a través de las amplias ventanas de la mansión, y el patio se veía iluminado fugazmente por estas. Por ello, era aún más sencillo detectarlos, y la visión nocturna que adoptaba cuando era un murciélago no era realmente necesaria.

Heeseung se hizo humano mientras aterrizábamos y cayó agachado, apoyando una mano en el césped del jardín. Frente a él ya estaban los tres chicos, pues habíamos avanzado más de lo previsto, pero no importaba demasiado.

Yo miré a mi alrededor, y no advertí a ningún periodista intruso, así que ascendí hasta el hombro de Sunghoon, que me miró aterrizar en este, sonriente.

—¿Na-In?

Yo hice un pequeño sonido agudo a modo de risa y aleteé, haciendo que riera.
Mostró sus afilados colmillos, sus dientes perfectos y su bonita sonrisa que levantaba sus labios carnosos y rosados. Además, sus ojos se achicaron.

Hacía un poco de viento, por lo que los cabellos blancos de su nuca se movieron y me hicieron cosquillas. Debido a esto reí, y antes de volver a mi ser inconscientemente por la poca concentración, bajé de su hombro.

Entonces reaparecí de pie junto a él y frente a sus dos amigos, a quienes les hice una reverencia un tanto tímida. A Jake ya lo conocía, pero era un chico extraño, y tampoco hablamos mucho. A Kim Sunoo no le había visto nunca.
Pero la razón principal por la que actuaba así no era otra además de que ese era mi papel frente a desconocidos, a pesar de que con Sunghoon comenzara a destaparme.

—Hola —saludé acompañándolo de un ademán con la mano.
—Hola. —Kim Sunoo se agachó en una reverencia y, cuando volvió a su postura, tenía una adorable sonrisa en su rostro—. ¿Lee Na-In?
—Así es. Un placer. —le sonreí también. Lo cierto es que su sonrisa era contagiosa, y muy bonita. Pero no más que la de Sunghoon.
—Hola de nuevo. —Jake esbozó una pequeña sonrisa amigable.

Sunghoon se giró hacia mí, mirándome a los ojos con una media sonrisa muy atractiva que dejaba ver tan solo uno de sus colmillos.

—¿Vamos? —me extendió la mano.

Esta era unas dos veces más grandes que la mía, la cual posé encima, comprobando que tenía razón.

Estando sus amigos enfrente, parecía estar algo avergonzado y se resistió. No me pegó a él como de costumbre, por lo que le miré burlona inclinándome un poco hacia su rostro, provocativa. Él solo sonrió nervioso y pareció suplicarme con la mirada que parara.

Reí levemente mientras el tal Jake se burlaba.

—Vamos.

...

𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐌𝐄𝐋𝐎𝐃𝐘 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora