Prólogo

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THE TIMES

Hace un par de días, el famoso jurado de The X Factor y representante de importantes bandas, reveló que en las próximas semanas se hará un evento donde asistirán todos los famosos, siendo así el mayor evento del siglo. Cowell dijo: "me parece una fantástica idea juntar a todos nuestros artistas en un mismo espacio"

Con ese criterio, el hombre reconocido organizó una velada, la cual será impactante para los medios, los cuales tendrán el lujo de entrevistar a los artistas al ingresar o salir del salón. 



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El evento se realizaba en el Palace Michighan, el salón con más renombre y elegancia de la cuidad de Londres. La fachada del lugar te daba la certeza de que únicamente gente famosa y de importancia ingresaba allí.

Columnas de símil mármol adornaban la entrada junto al gran cartel que, con letras doradas, anunciaba "Place Michigan". El edificio se imponía gigantesco en medio de la ciudad. Arriba del gran letrero, ventanales brillantes con detalles en oro dejaban en evidencia que fue un gran teatro reconstruido en un salón de gran importancia, tanto para la industria musical como para la teatral o actoral.

Las calles eran muy transitadas, pero esa noche se cortó la avenida, dando paso solamente a los famosos y prensa autorizada. Desde la calle hasta la puerta de entrada, se extendía en el suelo una alfombra roja, por donde pasaban los famosos cuando sus coches los dejaban. Los periodistas estaban tras unas vallas a los costados de dicha alfombra, intentando capturar los looks de la gente y haciéndoles preguntas que claramente eran obviadas por los famosos. 

Junto a otros que arribaban el lugar, Louis bajó de su auto, y caminando con elegancia la alfombra, ignorando los flashes y preguntas,  entró al Palace. Una vez dentro, fue recibido por una mujer vestida elegantemente con un traje bordó, ella se encargaba de nombrar e indicarle en qué mesa estaba cada famoso. Dicha dama lo condujo al interior del salón. El de ojos azules entreabrió sus labios al ver lo bien decorado que estaba la estructura.

Ni bien entrabas tenías un gran espacio por donde caminar; a los costados, separadas por columnas, había decenas de mesas adornadas con centros de mesas florales  y sillas cubiertas por una tela que caía con elegancia sobre el suelo embaldosado. Al fondo se veía la gran pista de baile, que a simple vista te podías dar cuenta que entraban  quinientas personas con facilidad. La pista era rodeada por un gran telón de terciopelo rojo, por donde ingresaban los actores o cantantes cuando había una presentación.

Louis fue llevado hasta su mesa, la cual compartía con Taylor Swift, Dua Lipa, Conan Gray y Sam Smith. Una vez en la mesa trece, le dijo un "gracias" a la chica, y ella se retiró. 

El castaño vestía un saco y pantalón azul marino que resaltaba el color de sus ojos. El conjunto estaba acompañado de una camisa blanca abotonada hasta arriba y para finalizar unos  zapatos negros perfectamente lustrados.

Casi todos los hombres vestían igual que él, salvo que iban de negro o con un moño o corbata. En cambio, las mujeres lucían extravagantes vestidos de diferentes cortes, colores y modelos. Ellas se movían con naturalidad pese a las capas y capas que tenían algunos de sus vestidos.

A lo lejos divisó a Taylor y emprendió camino hasta ella. Estaba a  punto de llegar con la rubia, cuando sintió una pesada mano presionando con fuerza su hombro que lo desvió del camino. Cuando giró su rostro era quien pensaba. Simon Cowell, con una sonrisa sádica, comenzó a hablarle de lo bonito que estaba el lugar y demás cosas a las que Louis no les prestó atención porque no les importaba.

Después de varios minutos eternos escuchando la amarga voz del hombre, dejó de sentir el peso de la mano del canoso sobre él y volvió a poner atención a la vida real y no a sus pensamientos.

Una vez junto a Taylor y un par más de gente que se acercaba,  pudo hablar con tranquilidad y normalidad. Rio y bromeó como haría siempre con sus amigos. Entre charlas banales pasó la recepción, donde comió unos bocadillos de verdura y unos sandwiches de pollo y tomate. En el cóctel se pidió una cerveza para comenzar, tampoco quería empezar con un trago fuerte y terminar mal a la mitad del evento.

—¡Hola Lou! —una chillona voz lo llamaba constantemente.

Rodando los ojos y forzando una sonrisa se giró y observó cómo Marie se acercaba a él con el vestido entorpeciendo su caminata. Luego de varias pisadas a su vestido logró llegar a Louis, dándole un sonoro beso en la mejilla.

—Hola Marie —la saludó con un abrazo desganado —¿Cómo estás?

—Bien, feliz de estar aquí —dijo con una evidente alegría.

Marie, una joven de estatura mediana, con un cuerpo que podría lucir envidiable según los estándares de belleza sociales, el pelo de un color pelirrojo anaranjado y tez blanca era la sobrina de Cowell. Y como era de esperarse, el hombre seguramente le había pedido que esté sobre Louis toda la noche, para que el resto de gentío no sospechase que un muchacho tan apuesto como era Tomlinson asistiera a un evento de tal magnitud sin acompañante.

—Es un gran evento —opinó para llenar el silencio.

—Vaya que sí. Me emociona por fin conocer a varios cantantes que admiro desde chica —mientras hablaba, giraba su rostro para todos lados, sorprendiéndose cada vez que veía un rostro más conocido que el anterior. 

—Ve entonces, no te detendré —con tal de sacársela de encima, Louis la incitó a ver famosos por allí.

Horas mas tarde, luego de la comida y un tiempo de pausa para que la gente sociabilizara,  Steve Aoki,  el que se encargaba de la música en el evento,  invitó a que las celebridades se unieran a la pista de baile para dar inicio al primer baile de la noche. Así fue, poco a poco el espacio se fue llenando y las parejas sincronizaban sus movimientos según la melodía que salía de los altavoces.

Por otro lado, el castaño se encontraba sentado en su mesa, dándole cada tanto un sorbo a su whisky mientras observaba a la gente bailar desde lejos. Deseaba encontrarse allí bailando con la persona indicada, pero no estaba allí haciéndole compañía, lamentablemente. Sin tener noción, para el resto daba la impresión de ser un hombre que fue allí por obligación que nada mas asistió a beber y tenerse lástima, y un poco cierto era.

—Lou, ven a la pista —dijo Dua Lipa, que luego de ver a su amigo desde lejos por un rato decidió acercarse a animarlo un poco.

—¿Quién? ¿Yo? —el ojiazul levantó su vista y se señaló. 

—Sí, a quién más le hablaría que se llame Lou y esté enfrente mío.

—No tengo con quien bailar —se excusó.

—Ve y capaz alguien se acerque y baile contigo. 

La cantante le quitó el vaso de la mano, colocándolo con delicadeza sobre la mesa, tomó de la mano al ojiazul y lo levantó del asiento pese a las quejas del muchacho. Con una mano sobre la de Louis y con la otra evitando que su vestido color lila sea pisado por sus propios zapatos, arrastró a Louis hasta la pista.

La pelinegra  lo dejó solo y él no vio otra opción que caminar por entre la gente para no quedar en ridículo ahí parado sin hacer nada. Admiró como las parejas disfrutaban aquel momento, como sus sonrisas reflejaban que de verdad estaban felices. No como él, que quería que su persona favorita estuviera allí, pero no podía.

Con su mueca triste recorrió lo que restaba del espacio. Algunos lo saludaban y él esbozaba una leve sonrisa como respuesta. 

No tenia ganas ni de fingir una sonrisa. Quería irse. 


° ° °

Holiii!

¿Qué les pareció? ¿les gustó? ¿opiniones?

Acá está el prólogo, dando inicio a esta historiecita. Capaz mañana si llego o en estos días subo el primer capítulo

Porfis difundan, voten y comenten, les agradecería muchísimo <3

-Cam

&quot;Ballroom dancing&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora