| Capítulo 22 |

15 1 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






Pasar la tarde con nuestros amigos había hecho que el día pase más rápido de lo que esperaba.

La verdad es que durante toda la comida y la caminata que hicimos con nuestros amigos, las señales de Val estaban siendo confusas.

Cuando estábamos cerca de nuestros amigos éramos básicamente como completos desconocidos pero cuando nos dejaban un momento a solas, ella parecía relajada y cómoda.

Y no sabía cómo interpretar esto, pero lo que había notado es que ella prefería mantener su distancia de mí mientras alguien estuviera cerca u observando.

Decidimos que era momento de volver cada uno a su casa porque era tarde, y seguramente me ganaría el regaño de mi padre por no llegar a cenar.

Pero prefería estar aquí que en casa. No soportaría ver la cara de mamá cuando mi padre le diga que no acepté la propuesta.

—¿Alguna necesita que la pasemos a dejar? —preguntó Val a sus amigas sacándome de ese trance pensativo en el que estaba.

Ya que mis amigos se iban en el auto de Lío, al parecer Camila se iría con ellos. Eso era obvio.

—¿Me adoptan? —preguntó tiernamente Rebeca y Valentina me miró fugazmente pero no prestó atención a nada en realidad.

Simplemente se limitó a contestar con mucha alegría, —Sí, vamos.

Seguramente había aceptado solo para que no estuviéramos a solas aunque no entendía el motivo de eso.

Yo había dicho que sería respetuoso, pero tal vez mi constante mirada la estaba presionando a pesar de que no era mi intensión.

—¿No te molesta, Nick? —cuestionó con ternura Rebeca y solo le sonreí.

—Obvio no, será un placer llevarte —dije siendo lo más amable que pude mientras me despedía de mis amigos.

Nos tomó un tiempo y un par de bromas despedirnos pero finalmente cada grupo tomó direcciones diferentes.

Esperaba que la tensión sexual entre Valentina y yo en el auto no sea demasiado notoria para Rebeca.

Aunque estaba seguro de que eso no pasaría porque así como se estaba comportando Valentina conmigo hoy, estaba claro que no habría ningún tipo de comentario hacia mí durante todo el viaje.

—¿Por que estás tan callado, Nick? ¿Te sientes bien? —preguntó realmente preocupada Rebeca mientras enroscaba su mano en mi brazo y se acercaba amistosamente.

—Me siento súper, ¿por qué? ¿me notas algo raro? —le pregunté mientras caminábamos cerca del auto.

—Sólo estás algo callado, pero si tú dices que estás bien te creo —sonrió la chica mientras yo abría las puertas del coche para que las dos se suban

Organizando el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora