Capitulo 4 -Vecinos

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El viaje habia sido largo y agotador, mas no fue aburrido al tener a un niño preguntando por cada cosa que veía por la ventana.

El paisaje habia sido una de las cosas que pudieron disfrutar durante el viaje. Londres suele tener un paisaje nublado y lluvioso la mayoría del tiempo, pero ese día el dios de arriba se apiado de ellos , haciendo que las nubes se despejaran y el sol los bañara con su calor.

Pero cuando más se acercaban a su destino, el cielo se cubría de densas nubes negras e iban apareciendo casas con el mismo color del cielo- un gris deprimente. Hasta podría pensar que se habia metido a ese tipo de películas antiguas de blanco y negro.

Las casas parecían un poco viejas y descuidadas y se podían ver grandes parcelas de terrenos sin construir. Hubiera sido un paisaje un poco mejor, si no fuera porque en el arroyo que pasaba, traía un olor raro y su color era de un color oscuro verdoso.

Cuando más veía el lugar, más se arrepentía de traer a Harry con ella. Ese lugar no parecía un buen lugar para un niño. Ni para ella.

Cuando más se adentraba, pudo ver unas pocas mejoras. Algunas casas parecían estar más cuidadas y ya se podían ver algunos parques en donde jugaban niños que se veían de la edad de Harry.

La casa que habían rentado, estaba ubicada cerca de un parque pequeño. La casa no era muy grande, pero tenía las cosas necesarias para dos personas. Dos habitaciones, un baño, una cocina y una sala de estar.

Habia tenido la suerte de que el señor que se la habia rentado, se la hubiera dado amueblada y que hubiera bajado el precio. Aunque eso fue un malentendido del señor al pensar que era una madre soltera cuando le menciono que un niño también viviría con ella.

Al estacionar el carro, lo primero que hizo Harry, fue correr hacia la puerta de la casa y observar cada detalle, impaciente a que le abriera la puerta. Al abrir la puerta, vimos lo que sería la sala de estar; tenía unos muebles un poco antiguos, pero bien cuidados. La casa tenía un diseño muy hogareño.

Harry hacia corrido hacia arriba para escoger uno de los dos cuartos.

Ella se habia quedado abajo haciendo que el camión de mudanza bajara sus cosas y las colocara en la sala.

Cuando vio todas sus cosas acumuladas en la sala, ya sentía la casación que iba a tener al organizar todo. Habían salido desde las 6 de la mañana y ya eran las 12 de la tarde. Lo único que habían comido en su camino hacia allí eran unos panes con café – y en el caso de Harry, un vaso de leche caliente-.

Al ver a Harry bajando las escaleras de una forma alegre, le pregunto.

Harry, quieres salir a comer algo para celebrar nuestro nuevo hogar?

Harry pareció emocionado por comer algo, haciendo que bajara las escaleras en dos en dos.

¡SI!, vamos por pizza, Lizzy – parecía que Harry habia agarrado más confianza después de esos dos días y ahora le hablaba con más normalidad. Ahora hasta ya pedía cosas por su cuenta.

Está bien, pizza será.

Tomando las llaves del carro, espere a que Harry estuviera bien seguro en la parte de atrás y acaranqué para buscar algún lugar que vendieran pizza.

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En un lugar un poco más apartado, dentro de un callejón; habia estado reinando el silencio, hasta que, tras un fugaz resplandor, habia aparecido un hombre cubierto de una vestimenta totalmente negra y una cabellera hasta los hombros que bloqueaba gran parte de su perfil. Tenía la piel blanquecina, un poco grisácea por la falta de luz solar, pero el mayor detalle característico del hombre, era que tenía una nariz en forma de gancho, haciéndola ver prominente en comparación a otros de sus rasgos.

Maestra MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora