Capitulo 6 - invitación

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Hoy podría considerarse el peor día de su no tan feliz vida.

No solo se le había privado de su valioso tiempo de lectura, sino que también unos mocos le habían roto una ventaba de su casa, se habia encontrado con el hijo de Lily y Potter, donde claramente no debería estar y para ponerle la guirnalda al pastel: ahora su vecina lo consideraba un pervertido de niños.

El mocoso no solo se habia dignado a llorar a cantaron, si no que después de calmarse un poco y ¨explicar¨ lo mejor que pudo la situación, lo termino inculpado de querer ¨agarrarlo¨. Su vecina, que claramente no tenían un juicio claro del momento, le creyó completamente al mocoso entre sus brazos y lo encaro diciéndole pervertido y no tomando en cuenta su intento de explicar la situación.

La mujer solo consolaba al niño y lo fulminaba con la mirada. Después de dejar claras sus amenazas de llamar a la policía si lo veía cerca de Harry o alguno de los niños del vecindario, se marchó con paso rápido hacia su casa mientras los sollozos del niño también se desvanecían.

Entonces, el. Parado en la banqueta, solo pudo tragarse su explicación y regresarse a su casa, mientras descargaba su enojo al cerrar su puerta de un azote. Claramente esa mujer era miope y maleducada; culpando a otros sin pedir explicaciones. Era la típica reacción de las madres sobreprotectoras.

Durante su estado de disgusto hacia su vecina y de estar criticando su actuar, se habia metido a su pequeña sala de pociones que habia configurado en su casa. Siempre que estaba disgustado y tenía muchas cosas que pensar, su cuerpo se movía automáticamente hacia sus calderas y elaboraba pociones hasta que se le bajaran los humos.

Al darse cuenta que una simple muggle habia hecho que se enojara a tal punto, le hizo disgustar más. Ella era la primera muggle que lo habia llevado a hacer pociones por el enojo. Ni siquiera petunia ni su voluminoso esposo habían logrado tal hazaña.

Dejando de lado la poción a medio hacer, decidió que la mejor decisión a tomar ahora, era el de comunicárselo al director y que el resolviera este gran problema. Si se llegaba a descubrir que el niño que vivió habia desaparecido, todo el mundo mágico estaría de cabeza.

Pensando que la forma más fácil de comunicárselo seria diciéndoselo el mismo a través de la Red Flu, tomo los polvos de un recipiente mientras se dirigía hacia su chimenea. Pero antes de que pudiese hacer cualquier cosa, uno golpes a su puerta lo interrumpieron.

Sin tener las energías y ni las ganas de ver quien era, espero a que la otra persona se rindiera y se fuera. Pero solo termino asombrándose por la perseverancia de esa persona, al seguir tocando sin pensar ni por un instante que simplemente no una visita ¨bienvenida¨.

Dejando todo de lado, camino hacia la puerta con el ceño fruncido, esperando que quien estuviera afuera, lo viera y se fuera rápidamente. Pero vaya fue su sorpresa al ver como la vecina que lo habia tachado de pervertido, ahora se encontraba frente a su puerta con un Harry Potter a su lado.

Los dos parecían apenados frente a él. Podía suponer que no era por la misma razón, pero aun así decidió comenzar la charla para terminarla lo antes posible.

Si la srita Maxwell tuviera la gracia de decirme, ¿porque está tocando la puerta de este p-e-r-v-e-r-t-i-d-o? - al remarcar la palabra con la que lo habia catalogado, la srita maxwell habia decidido convertirse en un tomate mientras aun lo miraba abochornada.

Ella tomo un paso al frente, como si eso la hiciera tomar valor y dijo: yo... lamento mi comportamiento de hace un rato. Ya Harry me explico lo que paso y quiero decirle que lo lamento mucho y si quiere puedo pagarle por los daños que le hicieron a su casa. Aparte – ella miro hacia Harry y lo empujo un poco hacia el frente – Harry, ¿no tienes algo que decirle al señor?

Maestra MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora