Cap.2 ¿Y ahora qué?

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Kirishima trataba de escapar de la furia de su jefe rodeando el escritorio para no morir extrangulado.

- ¡Tenías un solo trabajo, solo uno, y aun así lo echaste a perder, pelos de mierda! -

- Cálmate Bakugo, no te entiendo nada, ¿ahora que hice mal? - Kirishima ponía algunos fólderes como escudo.

- Bakugo los inversionistas ya llegaron al país, Mina los ha ido a recoger, los llevará a su hotel, me dijo que te prepares que en dos hora estarán aquí para la reunión.-

Kirishima agradecía internamente que haya llegado Sero a desviar la atención de su jefe. 

- Dile que me avise a la hora que vengan a la empresa.-

- Entendido- Sero está saliendo de la oficina cuando - Oye, y cuando inicia a trabajar tu nuevo secretario, no puedo estar haciendo este doble trabajo viejo...- Sero serró la puerta cuando vio que el teléfono salía volando en su dirección aventado por Katsuki.

Entonces Kirishima entendió que todo el mal humor de su jefe tenía que ver con el nuevo contrato. - ¿Es por Midoriya? Dijiste que no había problema si contrataba un omega.-

- No es eso -

- ¿Es por qué ya está casado? Bakugo necesitas tomarte un descanso del amor, no me digas que ya pensabas... -

- ¡Es mi destinado maldita sea! -

- ¿Qué? -

Después de algunos minutos Sero entró con tres cafés muy cargados para escuchar la historia de Bakugo, el chismoso se quedó detrás de la puerta por si tenía que llamar al 911 por ayuda para su amigo pelirrojo y terminó escuchando tremenda confesión.

- ¿Eso de los destinados no era una leyenda? - Sero le daba el primer sorbo a su café.

- No, mis padres también son destinados.-

- ¿Enserio?, eso es genial hermano. Según la leyenda si desciendes de parejas destinadas, tú también encontrarás a tu destinado - Sero empezaba a comprender todo.

- ¿Y cómo sabes que son destinados? ¿Cómo sabes tú que él es tu destinado? - Intercede Kirishima.

Entonces Bakugo recordó como se sintió al ver entrar al omega a su oficina, su cuerpo se estremeció de solo verlo, Midoriya llevaba un traje formal gris, de estatura menor que el alfa, tal vez le llega al hombro, un cabello rizado verde que lo hace ver adorable, esos grandes ojos esmeralda tan profundos, eran jodidamente hermosos pesar de que se veían algo cansados y tristes. Sus pecas en sus mejillas, que hermosas constelaciones formaban, Bakugo quería contarlas todas y su voz, era un poco tímida pero muy linda a su gusto, y ni que decir de su figura, así podría seguir todo el día si...

-¿Quién eres y que hiciste con Bakugo? - Kirshima empezaba a sacudir al cenizo.

- Jajajajaja viejo estabas pensando en voz alta - Hanta se moría de risa por escuchar palabras tan cursis de su amigo y jefe.

- ¡Ya suéltame! - Bakugo empujó al pelirrojo.

- Uff que alivio, si eres tú.-

- Si tú sentiste todas esas cosas significa que ¿él también sintió lo mismo?- Hanta seguía tomando de su café ignorando los jaloneos entre sus amigos, ya estaba acostumbrado.

- No lo sé, pero está casado y ya creo que también marcado.-

Sero y Kirishima no sabían que decir, el ambiente se tornó incómodo. Solo se escuchaban los sorbos que le daban a su café. Ahora todo tenía sentido, el engaño de Camie con quien todos pensaban que Bakugo se iba a casar, ahora aparece su destinado ya casado y agregándole el sobre trabajo que tenía que hacer, todo era un caos en la vida del rubio y ellos lo compadecían.

DÉJAME AMARTEWhere stories live. Discover now