Secretos (Citrus)

capitulo 36 "Dolor"

Saber que los errores de nuestro pasado a veces pueden pesar en nuestro futuro, aquellas malas decisiones llegaran a cobrar lo debido... pero que sucedería si aquellas cuentas por cobrar no las pagamos nosotros mismos, si no aquellos a los que más queremos.

Una hermana que es capaz de arriesgar su propia vida con tal de protegerá su joven hermano. Una medre que ha protegido a sus hijos, hasta el punto de aislarlos del propio mundo, una joven que se ha aislado de los demás con tal de protegerse, de las burlas, los engaños, joven que ha sufrido el rechazo de sus padres y de la alta sociedad por ser la hija del producto de un engaño, una princesa que siempre ha querido ser tratada como una persona normal, y un hombre sumido en su propia venganza, en su propia sed de sangre.

Cada uno de ellos distintos a los ojos de los demás, de aquellos que no conocen el trasfondo de la historia, pero para aquellos que lo conocen sabrán el lazo que todo esto los une... ¿la casualidad? O ¿el destino?

Nunca lo sabremos, pero lo que sí sabemos es... todo será diferente a partir de ahora.

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En las instalaciones de aquel abandonado laboratorio, en el último piso, ambos grupos se encontraban revisando las áreas, se habían encontrado con algunos cuantos hombres de Rucker, pero no presentaron problema para ellos. Llevaban alrededor de una hora en aquel lugar, la angustia y el temor comenzaban a surgir, pues el tiempo de los dardos estaban por acabarse.

Mitsuko: Esta es la última sala de este lugar, roguemos a los dioses de que Mia se encuentre en este jodido lugar. - Dijo la joven guardia entrando silenciosa mente por aquellas puertas de acero pesado. Al entrar quedaron anonadados con aquello que tenían frente a sus ojos. Algo estaba claro, en ese lugar alguien había sido torturado, ¿Por qué? En el centro de aquella sala, unas cadenas había bajo estas había restos de sangre. En una mesa que estaba cerca de estas cadenas, diversas cosas había desde algunos cuchillos, látigos, eh incluso cigarrillos. – Que te han hecho Mia.

Korra: - Mitsuko, aquí Korra, la hemos encontrado. – Aquello fue la noticia que la peliciruela necesitaba.

Mitsuko: - Ya voy. – La joven nunca había corrido tan rápido en su vida, no dudo ni dos veces para dejar plantados a sus dos compañeros que estaban con ella en compañía, nuevamente recorrió aquellos pasillos que ya había cruzado, en su mente sentía que no avanzaba. Tropezó, callo, pero sin importar que se paró nuevamente y siguió su recorrido.

Cuando llego, pudo ver cómo había dos hombres sometidos, al llegar su sangre se helo, su estómago se revolvió, y la fuerza de sus piernas se esfumo provocando que nuevamente callera.

Korra: - Esta muy débil, necesita de la manera más urgente ser atendida por un médico. – Dijo la morena al ver a Mitsuko, camino a donde estaba la peliciruela ayudándola a levantarla. – Su estado es...

Korra... Había sido elegida como uno de los guardias personales de su majestad, su fuerza de voluntad fue lo que más admiraba a las personas, el nunca rendirse y buscar algo bueno en lo malo. Pero ahora, aquella fuerza se había esfumado, no tenía las fuerzas para seguir en aquel lugar. – Hay que irnos ya, no tarda en pasar el efecto tranquilizante.

Mitsuko: - Si... Me encargare de despertar a Mia. – Mitsuko se acercó a donde estaba la peliblanca, sentándose al borde de la cama. – Mia... hey Mia, es hora de irnos de este lugar.

Mia: - No... no quiero seguir más, solo mátenme, por favor. – El corazón de ambas chicas se contrajo dolorosamente, sintiendo como este se rompía lentamente.

Mitsuko: -No Mia, somos nosotros, no te aremos daño, soy Mitsuko.

Mia: - ¿Mitsuko? – Dijo la joven mientras se giraba lentamente, quedo frente a la peliciruela, al verla no puo retener las lágrimas, aquellos días de infierno habían terminado, veía a Mitsuko como su heroína y salvadora. – Gracias... Gracias... enserio gracias por venir a por mí.