Tu eres mi historia -𝑨𝒕𝒓𝒆𝒚𝒖- 🅒.🅐

Prologo.

~ 𝙀𝙨𝙩𝙖𝙗𝙖 𝙋𝙧𝙚𝙙𝙞𝙘𝙝𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙥𝙞𝙤 ~

Me encontraba en un lugar extraño, nuevo, mágico... todo el alrededor estaba lleno de flores, ceibas gigantes donde te puedes subir y balancear.

Camine un poco, hasta llegar a un arroyo, era bien lindo agua transparente. Todo iba bien hasta que mi vista se topó con una extraña cueva, me quise acercar a ella, pero algo me detuvo, mejor dicho alguien.

-Es peligroso, no te acerques a ella. -volteó rápidamente y me tope con un chico, parecía que tuviera entre quince y dieciséis años, de la nada una niebla espesa cubre el lugar por lo que no logró verle el rostro, solo su silueta.

Era más alto que yo, le llegaría por los hombros su cabello es lacio, marrón claro.. creo, soy mala para los colores.

Vestía de una manera extraña, no lograba ver más haya de eso.

-Quédate donde estas, si la niebla nos cubre por completo moriremos. -¿¡Morir!? Yo no quiero morir.

Puedo ver como el entiende su brazo y abre la palma de su mano hacia mi.

-Mi nombre es Atreyu, ahora vamos toma mi mano, confía en mi. -quería tomar su mano pero algo me lo impedía, sentía que mi brazo pesaba.

El se acercaba cada vez más, hasta que....

-¡Aaaaaaaaaah!

-¿Ah? ¿Que? ¿Que paso? -abrí mis ojos de golpe, asustada por el grito- Sebastián tranquilo, deja de gritar, encenderé la luz.

Corro a encender la luz, se enciende la fuerte luz amarilla del techo y las dos lamparas azules de la cama de mi hermano y una de la mía.

Ya que la otra estaba quemada, por mi culpa, claramente.

-¿Que paso? -le digo alarmada.

-Soñé algo raro.. cuando desperté estaba oscuro, así que me asusté.

-Bastian... solo fue un sueño,
todo estará bien, tranquilo.

El voltea a ver el reloj que tenía en su mesa y después agarra el libro que estaba al lado de su almohada.
Lo cierra, para luego bajarse de la cama.

-Gracias -me dice mientras me abraza y se dirige al baño.

-con gusto hermanito.. -me tire de espaldas a mi cama, cuando toca la alarma- ¡Sebastián! Tu grito me despertó dos minutos antes.

-¡Agradece que no fue una hora antes!

-todos tenemos diferentes sueños Sebastián... -suspiro, mientras coloca la almohada en mi cara- y yo quería seguir soñando..

[.....]

Estábamos desayunando, yo mi rico cereal con leche, mientras Sebastián tenía sus tostadas en el plato y luchaba con abrir la mermelada.

-Te lo vuelvo a preguntar.. ¿te la abro yo, o no quieres desayunar?

-y-ooo puedo, solo... - habla como si estuviera estreñido.

Me encojo de hombros y lo dejo seguir luchando, en eso papá entra con su traje ya puesto.

-Buenos días Sebastián, ___.

-Buenos días -decimos ambos, sin prestar tanta atención.

Cuando veo el se acerca por detrás de Sebastián, le quita la mermelada y la habré.