Seis. (Parte dos).

105 27 11
                                    

𝑲𝒊𝒉𝒚𝒖𝒏.

Al cabo de dos meses regresé a Moscú.

De la estación al cementerio, ¡A verle! Y allí, en el cementerio, me empezaron las contracciones. En cuanto me puse a hablar con él. Llamaron a una ambulancia. Les dí la dirección del hospital. Dí a luz allí mismo. Con la misma doctora que me ayudó a estar con Nunu. Ya en su momento me había dicho:

-Ven aquí a dar a luz.

¿A dónde iba a ir si no? Parí con dos semanas de adelanto.
Me la enseñaron. Una niña...

-Natasha- la llamé-. Tu papá te llamó Natasha.

Por su aspecto, parecía un bebé sano. Con sus bracitos y sus piernitas. Pero tenía cirrosis. En su hígado había 28 roetgen, además, una lesión congénita en el corazón.

A las cuatro horas, me dijeron que la niña había muerto.

¡Y otra vez, que no se la vamos a dar! ¿Cómo que no? ¡Soy yo quién no se las va a dar a ustedes! ¡La quieren para su ciencia, pues yo odio su ciencia! Ella fue la que se lo llevó y ahora quiere aún más. ¡Pues no sé las daré! La enterraré yo mismo. Junto a su padre...

No hay manera de que me salga lo que quiero decir. No con palabras.. Después del ataque al corazón, no puedo gritar.
Tampoco me dejan llorar. Por eso no me salen las palabras.

Pero les diré... Quiero que sepan.. Nunca lo confesé a nadie. Cuando no les dí a mi hija..., nuestra hija..., entonces, me trajeron una cajita de madera:

-Aquí está.

Lo comprobé. La habían envuelto en pañales. Toda envuelta en pañales.

Y entonces me puse a llorar, y les dije:

-Colóquenla a los pies de mi marido. Y díganle que es nuestra Natasha.

Allí, en la tumba, no está escrito «Natasha Ignatenko».

Sólo está el nombre de él. Ella no tuvo ni nombre, no tuvo nada. Sólo alma. Y allí es donde enterré su alma....

Siempre vengo a verlos con dos ramos: uno para él y uno para ella. Me arrastro de rodillas por la tumba. Siempre de rodillas.

Yo la maté, fue mi culpa, ella, en cambio... Ella me salvó. Mi niña me ha salvado. Recibió todo el impacto radiactivo, se convirtió, como si dijéramos, en el receptor del impacto, como una esponjita en agua. Ella me salvó.

Pero yo los quería a ambos ¿Cómo es posible? ¿Cómo se puede matar con amor? ¡Con un amor como este! ¿Por qué están tan juntos?

El amor y la muerte.

¿Quién me lo podría explicar?

Me arrastro de rodillas por la tumba...








Hola, les habla Mango.
¡Muchas gracias por leer! 🤍
Es de mi agrado comentarles que estamos llegando a los últimos capítulos. 👁️👄👁️
¿Alguna duda, comentario o sugerencia? Se aprecia.

¡Gracias de nuevo, nos vemos pronto!
사랑해요.
-𝓜𝓪𝓷𝓰𝓸𝓽𝓪𝓷𝓰𝓸. 🐝

𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂𝒔 𝒓𝒂𝒊𝒄𝒆𝒔. (𝑺𝒉𝒐𝒘𝒌𝒊)Where stories live. Discover now