Ponle un nombre

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Advertencias: Ninguna (?).

Advertencias: Ninguna (?)

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~•~

Durante una semana Chuuya tuvo algunos sueños extraños, el mismo hombre subía en su regazo para tener coito con él. Despertaba sucio y cansado.

—Te ves más delgado— afirmó Akutagawa mientras subrayaba algo de su guía.

—¿De verdad?— no le prestó mucha atención y siguió ayudándole con un problema de matemáticas—. ¿No te gustaría dedicarte a otra cosa?.

—Probablemente sería abogado— respondió por inercia para seguir en su deber.

—Oye, lo que pasó el otro día, ¿Fuiste tú no?— sonrió recordando lo asustado que estaba.

—No, pero lo mejor es olvidarlo y orar— centró su vista en una ventana cercana—. Le preguntaré a tu tío...

Chuuya mordió su labio para no mencionar algo más. Sus tardes eran tediosas, lo único relevante comenzó a ser ir a misa, vamos, ningún joven de su edad prefiere escuchar un sermón.

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—Gracias por ayudarme— Mori paso los platos limpios para que el pelinaranja los secará—. No puedo creer que tu madre diga que te portas mal.

—A veces exagera las cosas— alzó los brazos restándole importancia.

¿Es verdad que entraron a él semisótano?— su semblante se volvió serio.

—Caí por accidente, lamento lo de la vasija— tragó duro al ver el sudor caer por su barbilla.

—¿Qué vasija?.

—Bueno, una del estante, tropecé y se cayó— aclaró su garganta esperando no ser regañado.

¿Has tenido sueños raros?— las manos de Ōgai temblaban más conforme avanzaba el silencio incómodo.

—No, solo fue el susto y el golpe— claro que no iba a narrar sus sueños húmedos al familiar que apenas conocía.

De acuerdo, tengo que llevar el material roto a otro lugar— secó sus manos casi tropezando del miedo—. ¿De verdad todo está bien?.

—Claro, si tengo un sueño extraño te lo haré saber— otra mentira piadosa.

Más tarde Akutagawa le aviso que su tío salió y regresaría en dos días. Chuuya paso el resto de la noche escuchando música descargada y con sus audífonos puestos, de haberlos quitado probablemente habría prestado más atención a los golpes del balcón. Llegadas las once decidió acostarse. Cerró los ojos mientras se cubría más tratando de no pasar frío pues de la nada la temperatura bajo un montón, abrazo su cuerpo deseando descansar sin tener ese explícito sueño.

Pasaron horas en un intento por conciliar el sueño, pero eran en vano. Se reacomodo quedando boca arriba y justo cuando estaba por ceder sintió un gran peso en su regazo. Abrió los ojos horrorizado, logró distinguir una figura masculina sobre su entrepierna.

Eres tan bonito murmuró esa cosa removiendose sobre él.

Su corazón latía con frenesí, estaba experimentando una parálisis de sueño, así que esperaría a que terminara para poder gritar a gusto.

Que raro, aún no duermes— se balanceó sobre su muslo—. Bueno, definitivamente me adelanté.

Se acercó a su pecho, mientras el pelinaranja era abandonado por el miedo, dejando paso a la imaginación "¿Por qué no veo cosas feas?". Chuuya escuchaba relatos de otras personas que vivieron la parálisis del sueño y cómo su mente distorsionaba la realidad para tener pesadillas en vida, pero el solo podía distinguir a una belleza. Un chico de cabellos castaños y ojos avellana, sin duda era hermoso.

Que tierno— dejó un beso en su barbilla bastante fugaz, y así subió a sus labios para darle un lento beso.

"Es otro puto sueño" pensó el más bajo que se proponía despertar para beber agua.

Vamos, ya duérmete, estoy ansioso por probarte— la voz seductora del castaño lo hizo salir del trance para volver a sudar.

Nunca notó dos pequeñas protuberancias en su cabeza, que al centrar la vista pudo distinguir que se trataba de unos pequeños cuernos.

—Bueno, sería divertido montarte aquí, pero no es correcto— pegó su cara al pecho de Nakahara—. Tú me liberaste, así que lastimarte no es una opción.

El de ojos azules trató de moverse, pero era imposible, quería llorar del miedo. La voz no podía salir de su garganta.

Que mal, por hoy quedemonos así— esa cosa se abrazo a su cuerpo y relajo su respiración—. Buenas noches, chico bonito.

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—Oye, el desayuno ya está listo— Akutagawa entró después de tocar por dos minutos su puerta—. ¿Qué tienes?.

El muchacho de baja estatura estaba lejos de la cama, abrazando sus piernas con la cara pálida—. Me estoy volviendo loco.

 Me estoy volviendo loco

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Gracias por leer <3

Me gusta esta mezcla de terror y seducción, pero soy bien miedosa. Mientras escribía esto (de noche) se cayeron unos libros de mi repisa, ayuda no me sé bien el padre nuestro.

Incubus [Soukoku]Where stories live. Discover now