Pecado y castigo

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Advertencias: Ninguna.

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—Jamás he lastimado a una persona, no de esa forma— se lamió los labios con la mirada fija en Mori.

—¿Cuál es tu propósito?— preguntó el mayor.

—Solo alimentarme de personas hermosas— Chuuya pateó su pantorrilla.

—No ha hecho nada malo aún cuando tuvo la oportunidad de hacerlo— explicó el más bajo—. Si bien es extraño no representa un peligro real.

El padre suspiró exasperado—. Chuuya, hablas de un demonio…es obvio que no entiendes la naturaleza de los mismos. No es tu culpa, es mía por no ser cauteloso.

—Estoy de acuerdo con Mori-san, no estás en tus cinco sentidos— dijo Akutagawa.

—El niño raro no tiene voz ni voto— gruñó enojado.

El mayor lo ignoró—. Chuuya, aún hay tiempo para arrepentirse, de lo contrario no habrá salvación para tu alma. Sé que en el fondo eres puro como todos nosotros y puedes pedirle a Dios que te libere de esa maldad. Pero debe ser de corazón y humildemente.

—Pero— no concluyó su frase pues un pensamiento lo aturdió "redención"—. ¿Él puede redimirse?.

—¡¿Qué?!— gritaron los dos al unísono y después rieron entre ellos—. Que tontería, cree que un demonio puede reivindicarse…¿No es gracioso, cura?.

—Puede que haya una posibilidad— dijo Akutagawa—. Dios es todopoderoso.

Mori detuvo sus carcajadas suspirando—. No lo entienden, un demonio hace pacto con satanás para tener esa naturaleza.

—¡Falso! No entiendes nada de mí. No hice un pacto, nací así— murmuró indiferente.

—¿Pecado original?— sus ojos se abrieron aún más—. El nacimiento de un no vivo es un mito.

—Dijiste que fuiste humano ¿Verdad?— Chuuya parecía desesperado.

—Algo así, no era del todo un humano…

—¡Necesito ver algo!— Mori corrió a su escritorio buscando una llave. La estiró a su pequeño saltamontes—. Busca los registros de la vasija número dos, no hay mucho pero podemos investigar.

—¿Le cree a un demonio?— también estaba sorprendido.

—No, pero Chuuya…Es necesario indagar— no era ético que sus sentimientos por la familia afectarán su juicio, pero lo hacían.

Mientras Akutagawa hacía su "misión" los tres adultos se miraban sin decir nada. Mori sostenía la mano de Chuuya con indiferencia, mientras en la otra mano apretaba una cruz.

—Tranquilo, él no quiere que les haga nada— el de ojos avellana señaló a Chuuya—. No te hagas el santo conmigo, puedo ver a través de sus almas y conocer sus pecados, sé todo lo malo que has hecho.

Incubus [Soukoku]Where stories live. Discover now