42.MI CUMPLEAÑOS.

3 1 0
                                    


“A ponerle color, si total, rotos estamos todos”. —Anónimo.

Han pasado cuatro meses desde aquel
suceso y no han resuelto nada en contra de Alonso, pero al menos no ha vuelto a aparecer, espero por fin me deje en paz. De cualquier forma, no me dejan sola nunca, siempre voy acompañada a cualquier lugar.

Ahora mismo estoy en casa con Fabiola.

—¿Qué harás para tu cumpleaños? Te
puedo dar unas ideas, no sabes lo emocionada que estoy, ya vas a cumplir dieciocho, ya creciste, ¿Dónde quedó la niña a la que defendí cuando le
pegaron un chicle en el cabello?. —dice con entusiasmo.
—Espera, entiendo tu emoción, pero... no quiero festejar, no creo que sea necesario hacer una fiesta, además estoy llena de tarea. —indico.
—¿Estás de broma? Cumples dieciocho años, no es cualquier cosa, es algo importante en tu vida, falta un mes, por supuesto que nos desocupamos un poco, anda ¡Anímate!
—No lo sé Fabiola, lo pensaré.
—Agh, está bien, es un avance.

La verdad no soy fanática de las fiestas de cumpleaños, no creo que festejar sea lo correcto, sino estar agradecida con la vida, pero no quiere decir que me disgustan, cuando somos pequeños
nos entusiasman muchas cosas, hasta el más simple detalle. Como cuando se te cae un diente te pones feliz porque el hada te dejara una moneda.

***

Y ya es un nuevo día, la misma rutina de siempre, levantarme, arreglarme para después desayunar e ir a la escuela con Fabiola, Dylan siempre trata de ir a recogernos, pero hoy dijo que no podía porque tenía clases un poco más tarde, y lo entiendo, su carrera es igual de complicada que
la mía, está muy estresado con la escuela, así que le voy a dar una sorpresa Bueno, en realidad la sorpresa seria yo ja, ja, ja, él siempre está fuera de la escuela esperándome, pero hoy va a ser diferente ya que yo seré la que lo esté esperando.

—Apúrate Fabiola, se nos hace tarde,
seguro están por salir —le indico a mi amiga.
—Deja de ser mandona, ya vamos a llegar, no falta mucho, lo que uno hace por amor, llevamos más de media hora caminando. — comenta, quisquillosa.
—Nos falta una cuadra, no es para tanto, además tú también vas a ver a tu novio. —contesto con sonrisa burlona.
—Deja de reírte de mí, porque tú te
enamoraste primero, quien lo diría, tú y yo con novio, tú la que nunca se enamoraba y yo la mil novios.

Reímos y estamos cruzando la callé cuando veo a Dylan, y desafortunadamente no está solo,
esta con una chica muy linda por cierto, cabello rubio, largas piernas que resaltan por la minifalda que tiene puesta y un enorme bolso rosado.

Yo no soy la persona más celosa del mundo, pero es que están tan cerca él uno del otro, y ella le está coqueteando sutilmente, sé que lo más importante en una relación es la confianza y
nosotros siempre la hemos tenido, sólo necesito saber quién es ella.

—Astrid, ¿estás bien? Mira que yo lo puedo golpear. —sugiere Fabiola apretando el puño.
—Espero que eso no sea necesario, vamos. —camino.

Bien, esto no tiene por qué ponerte nerviosa, tú eres su novia y ella seguramente una amiga.

—¡Dylan! —Grito con una sonrisa de oreja a oreja.

En cuanto voltea su rostro se ilumina por completo, seguramente está sorprendido.

Caminamos hasta llegar a él y de inmediato me abraza.

—Perdón por no avisarte que venía, quería darte una sorpresa.
—No te preocupes, es muy hermosa tu
sorpresa y no podría sentirme más feliz al respecto— me abraza.
—Vale, perdón por interrumpir el momento,pero y ¿Dónde está Omar? —Pregunta Fabiola. Su especialidad, arruinar momentos lindos.
—De hecho ya viene, si quieres ir a ver debe estar por el pasillo—responde Dylan.
Los dejo tortolitos. — dice ella.
Estábamos mirándonos a los ojos y
sonriendo, esto de ser cursis se nos da… cuando de repente escucho algo, había olvidado que Dylan no estaba solo.

—¡Oh! Ya las presento, Astrid ella es Becky.
—Un gusto —contesto con una media
sonrisa.
—Claro, la gente siempre se alegra de
conocerme.
—Y Becky, ella es Astrid, mi novia de la que te había contado. —confiesa, con una enorme sonrisa.

Su reacción no fue la mejor, frunció el ceño de inmediato, se ve que no le agrada en hecho de que sea su novia, pero eso no es mi problema, Dylan me está dando mi lugar.

—Cierto, me dijiste que tienes novia, me esperaba algo mejor, sinceramente. —se ríe con cinismo, arreglándose el cabello.
—¿Disculpa? ¿Tú quién eres? Dylan jamás me habló de ti.
—¿Tienes pérdida de memoria? Porque te acaban de decir que son B-E-C-K-Y. —deletrea en mi cara.
—No tienes razón para hablarle así, Astrid es mi novia te guste o no, tú y yo no somos ni amigos. — explica.

Esta chica ya me sacó de mis casillas, mi paciencia es muy corta, no tiene derecho alguno de decir que esperaba más, ¿Quién demonios se creé?

—¿De verdad la vas a defender? ¿Me estás cambiando por esta?
—¿Cambiando? ¿De qué hablas? Tú y yo no somos nada, pensé que estaba claro— se dirige a mí— vamos bonita.
—Vamos. —respondo con una sonrisa.
Tomados de la mano caminamos hacia el auto.
—Gracias por venir a verme y perdón por eso, no te había contado de ella porque no es mi amiga ni nadie importante para mí. —confiesa.
—No te preocupes, la verdad se ve
insoportable.
—Lo es, pero no le tomes importancia… ¿Sabes? ésta ha sido la mejor sorpresa que me han dado en mucho tiempo.
—Te amo.
—Te amo mucho más mi bonita.
—No, yo más
—Vale nunca me dejas ganar, eso no es justo.
—Ja, ja, ja, prometo dejarte ganar algún día.
A esto me refiero cuando digo que soy feliz con él, sin buscarlo encontré el amor, porque así es, llega en el momento menos esperado de la manera menos esperada, así que hay que disfrutarlo mientras puedas.

El Repentino Desastre De AstridOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz