8. Reacciona.

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A Kara le dolió pensar que Lena no quería ser su amiga, pero no le quedaba más que respetar su decisión.
Ya no la buscaría ni intentaría cambiar la situación, de ahora en adelante se limitaría a ser solo su vecina. Eso es lo que eran y lo que siempre serían.

Lena le escribió una carta más a Kara, en ella le explicaba la verdadera razón por la cual no podía ser su amiga. Mejor dicho, sí podía, pero simplemente no quería ser solo eso en su vida. En todo caso prefería ser sólo su vecina y únicamente admirarla desde el pasillo.

*********

—Eve, dile a Lena que venga a mi oficina, por favor.

—Ya le aviso, señorita Rojas—La joven secretaria fue hacia donde Lena estaba trabajando—Lena, la señorita Rojas quiere verte en su oficina.

—Gracias, Eve—Se preguntaba qué cosa podía estar necesitando Andrea esta vez, se le estaba haciendo costumbre que continuamente la mandara llamar a su oficina—¿Puedo pasar?

—Adelante, Lena.

—¿En qué te puedo ayudar?

—Sé que no es usual lo que te voy a pedir y quiero que te sientas en libertad de negarte si así lo consideras necesario... Pero me gustaría que me acompañes a una comida de negocios. Estaré con unos importantes clientes y necesitaré de tu apoyo y de tu consejo—Lena sabía que eso no formaba parte de sus funciones laborales y que fácilmente podía declinar la invitación. Sin embargo, observó el rostro de preocupación de Andrea y no pudo negarse.

—Te acompañaré, Andrea.

—Gracias, Lena. Eres increíble—La abrazó por la emoción que sentía, pero reaccionó rápidamente—Lo siento, es que he estado muy nerviosa.

—Descuida, Andrea. Nunca me imaginé que me abrazarías y menos de una forma tan cariñosa, pero no hay ningún problema. Estoy segura de que te irá muy bien en la comida, eres una persona extremadamente inteligente y capaz.

—¿Eso piensas de mí?

—Sí. Sé que al principio tuvimos nuestras diferencias y que de pronto todo parecía problemático, más he aprendido a conocerte mejor y eres una mujer realmente admirable.

—Gracias, Lena. Aunque soy yo la que aprende de ti cada día. —Lena sonrió, la admiración era mutua y se sentía contenta de trabajar con Andrea. Mientras que para su jefa había sido importante la valorización que ella le daba, más sabiendo lo honesta que era Lena.

—¿A qué hora nos vamos?

—En una hora.

—Muy bien, avanzaré con mis pendientes.

—Haré lo mismo, gracias otra vez, te debo una.

—Te lo recordaré cuando necesite faltar al trabajo.

—No me prives de tu presencia, Lena.

—No creo que lo haga—Le contestó a distancia. Andrea estaba nerviosa, pero a la vez emocionada de tener su primera reunión importante. Lo mejor es que lo haría en compañía de Lena.

La cita de negocios transcurrió sin ningún problema o complicación, Andrea consiguió cerrar un trato importante. Se sentía realmente contenta.

—¡Felicidades, Andrea! Lo hiciste excelente.

—Tú también, todas tus intervenciones fueron precisas y necesarias. Complementaste muy bien lo que estaba explicando. Voy a tener que ascenderte muy pronto, te lo mereces.

—Te agradezco que me tomes en cuenta y que valores lo que puedo aportar.

—¡Tenemos que celebrar! Pide lo que quieras, yo invito.

La chica del apartamento 512 (Supercorp).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora