¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No había llegado a su casa aún, ya era muy tarde, los padres y abuelos de Yuri estaban angustiados, era normal que ella llegara cuando le viniera en gana porque siempre se metía en algo pero ahora se encontraba delicada y no era bueno que anduviera peleando con una herida en la cabeza.
—¿Aún no regresa?— Kyoka y Kazutora corrieron por todos lados para buscarla, al no tener éxito decidieron regresar al restaurante de la familia Urameshi.
Su abuelo negó, no tenía idea de lo ocurrido pero culpaba a Kazutora, sólo que no se atrevía a decirlo abiertamente porque quería escuchar a su nieta.
—Ya fui a todos los lugares que ella frecuenta— el señor Urameshi recién llegaba al local —Escuché de un bueno para nada que ella paseaba en motocicleta con un chico, esa niña ¡¿Cómo se le ocurre?!— notó que Kazutora también estaba en ese lugar así que regreso sobre sus pasos cerrando la puerta, seguro que había metido la pata.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Juntos se sentaron a las orillas del muelle mirando hacia el mar, el sonido y el aroma lograban hacerla sentir más tranquila. Se recostó en el suelo mirando hacia el cielo, en esos momentos no existía otro lugar donde quisiera estar que no fuera ese.
—Gracias.
—¿Por qué?— Mikey seguía con la mirada perdida en el océano.
—Porque yo no quería regresar a mi casa.
—Creo que yo te debo más que eso... así que intentaré pagarte poco a poco cada día.
—Eso está bien— llevo una mano al cielo intentando tapar la luna —Oye Manjiro ¿Tú y yo éramos amigos?
—No. No éramos amigos.
—¿Conoces a Kazutora-kun?
—Él y yo somos amigos.
—¿Es verdad que él asesino a alguien?
—A mi hermano mayor — respondió acostándose también en el suelo.
