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No dejaba de dar vueltas sobre la cama, todos esos días no paró de pensar en ese beso, en las palabras de Kazutora y en la manera que la miraba.
—¡Yuri!— Kyoka abrió la puerta sin avisar dando vueltas —¿Te gusta? ¿Verdad que es precioso?— traía puesto un Kimono de color purpura con detalles dorados.
La morena ocultó rápido el collar que tenia en la mano, no podía dejar de verlo de lo hermoso que era y que ese objeto la hiciera pensar en el momento mágico que tuvo con Kazutora —Es muy bonito— sonrió un poco pensando que en definitiva ella no se vería ni la mitad de linda vistiendo algo así.
—Mamá me lo compro especialmente para hoy, ¿Iras conmigo a ver los fuegos artificiales al tempo?
—No— rodó los ojos, no tenía ningún animo de ir a un lugar abarrotado de gente, seguramente las explosiones de la pirotecnia le harían doler la cabeza.
—¡Pero vamos cada año!— la castaña junto las manos para que su hermana aceptara ir.
—¡Oigan ustedes dos!— El señor Urameshi pateo la puerta —¡¿A donde crees que vas vestida así? ¿Sabes cuantos pervertidos hay por la calle?!— observó de forma atenta a su hija más pequeña.
—¡Papá solo es un kimono!
—¡Y tú, Yuri!— parpadeo una par de veces, su otra hija tenia unos jeans y una sudadera de color vino —Tú estas bien.
Frunció las cejas —Eres un anciano ridiculo, la culpa no es de Kyoka es de los malditos enfermos sin educación, ella puede vestirse como quiera anciano.
—Asi se habla por eso tú la acompañaras— le palmeo los hombros un par de veces —Le pedí a Kazutora que las escolte así estarán mas seguras— salió de la habitación saltando felizmente.
—Papá es un poco raro— Kyoka corrió hasta el peinador de su hermana para mirar su maquillaje, que dijera que serian acompañadas por Kazutora la hizo emocionarse.
—¿Apenas te das cuenta? Es solo un aciano pervertido, quiere quedarse a solas con mamá un rato— ladeo la cabeza al ver lo que su hermana hacía, no le dijo nada sobre el beso y ella parecía ansiosa de estar con Kazutora —¿Vas a confesarte?
—Lo haré— le lanzo una mirada llena de confianza —Le dire lo que siento esta noche, como tu estas con Mikey-kun sé que Kazutora-kun ya no te interesa ¿Vedad?
Sintió un balde de agua fría caerle de repente.
—Niñas, ya llegó Kazutora-kun— su madre aviso pasando por su recamara con un cesto de ropa limpia que dejo en el suelo.
—Voy— Kyoka camino lo más rápido que su atuendo se lo permitió dejando a su hermana atrás.
—Err— gruño por lo bajo, se dirigió a su tocador poniéndose algo de polvo y labial.
