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Finas lágrimas salían de sus ojos miel, su madre murió y su padre estaba muy grave... ¿Algo más podía salir mal en menos de cinco minutos?

-Ya neutralizamos a la otra manada, príncipe; su padre me envió a buscarlo, necesita hablar urgentemente con usted- Decía aquel hombre aún con su reverencia.

-Iré con él- El de cabello castaño oscuro estaba decidido, no lo dejaría regresar solo.

-En nombre del rey agradezco sus servicios, gracias por cuidar de su alteza- Se levantó del suelo y dio una leve sonrisa al alfa.

Partieron lo más rápido posible, ni siquiera se molestaron en avisar al regente. El soldado guiaba mientras montaba su caballo y los otros dos lo seguían, el omega sobre el lomo del alfa como se hizo costumbre.

(...)

Llegaron al castillo y las puertas se abrieron de inmediato, la gente estaba con la mirada fija en el pequeño omega que iba de la mano con su amigo. "El rey esta en sus aposentos" Dijo la mano derecha del ya mencionado, Andrés corrió hasta la gran puerta de madera y toques de oro, el padre al escuchar la puerta abrió los ojos de forma leve.

-Andrés... Siento que tu madre... Haya fallecido, yo la quería mucho...- Las lagrimas no se hicieron esperar por parte de ambos -Al intentar razonar con ellos nos atacaron y ella cayó al río... Pero ahora no se cuánto tiempo me queda, debes empezar a tomar el mando del reino... Necesitas a un alfa para que te acompañe- Tosió un poco y aclaró la voz.

-Pero padre, puedo hacerlo solo, si me dejas- Su padre lo interrumpió.

-Necesitas comprometerte, eres un omega, necesitas a un alfa... Por el bien del pueblo y más importante, el tuyo, no te puedes defender solo- El menor lleno de rabia respondió.

-¡No es verdad! Yo puedo reinar solo, es mi manada, yo la cuidaré- "¿¡Solo por ser un omega soy débil!?" Se preguntaba una y otra vez ante la frase regente desde su tierna infancia.

-¡Ya basta! vas a comprometerte quieras o no- Su padre estaba a punto de usar la voz en él pero el menor solo salió del cuarto para no caer ante ese "Truco" incluso en su lecho de muerte trataba de obligarlo a tener pareja.

(...)

-¿Andrés... Puedo entrar?- Sebastián se recargó en la puerta, al hacerlo puedo escuchar los lamentos que daba el omega.

-Adelante...- Dijo aclarando la voz, cuando el alfa entró vió en el suelo al de pelo castaño en posición fetal.

-¿Quieres que me quede?- El menor asintió, se hizo de lado para que su amigo se sentará.

-Yo no entiendo... ¿Por qué ser un omega es ser débil? He visto omegas más fuertes que los betas y algunas veces más que los alfas- Golpeó la pared con rabia.

-Pues no puedo opinar sobre eso, soy un alfa, entonces sonaría mal si te digo que no es cierto, pero si tú padre te obliga... Pues mira... Algún alfa que te pueda querer...- En su interior quería ser él... Pero si el contrario no quería no lo podía someter.

El menor pensó un momento, él no salía del castillo ni nada, no conocía a ningún otro alfa más que su amigo.

-Y si... Ese alfa... ¿Fueras tú?- Alzó la cabeza con una sonrisa algo tímida.

El otro abrió los ojos, eso no se lo esperaba, quedó en shock, pero salió del trance al sentir algo en sus labios. Se habían besado, él correspondió con algo de nerviosismo, no quiso intensificar el beso, el menor era solo un niño, no le podía hacer nada ¡Nunca se lo perdonaría!

-Y... ¿Cuál es tu respuesta?- Lo abrazo con fuerza.

-Pues, lo acepto-

Y así empezó una nueva era, su padre murió unos días después, pasado un mes de luto por el rey se anunció el noviazgo del joven príncipe y el alfa. Al poco tiempo Sebastián empezó a liderar a la manada.

Esperaron cinco años para que ya se pudiera marcar al omega, debía ser mayor de edad para eso, obviamente se daban mimos y caricias pero nada subido de tono.

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Bueno viví, al parecer cuando estoy estresada se me prende el bombillo V:

En fin, se me cuidan y chaos.

•No necesito a un Alfa•  (Spartor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora