Milovat ➻ Mewgulf.

12.

— ¿Ya te vas? — preguntó Prem al ver a Mew bajar del segundo piso.

Mew asintió, y Prem pudo notar que en la expresión de Mew cabía un gesto indescifrable para él, pero lo dejó pasar pensando que se trataba de solo su imaginación, pero claramente no era así. Mew estaba, más que molesto, resentido con Prem por que era su amigo y aún así éste demostraba más lealtad hacía Gulf que hacía él mismo. Aunque en cierto punto entendía el actuar de Prem referente a la situación de su paternidad, porque era claro que no se quería ver inmiscuido en problemas de terceros.

— ¿Dónde está Gulf? — decidió preguntar Mew, tratando de que su voz sonara lo más parsimoniosa posible y así no alertar a nadie presente.

— Está en la cocina — contestó Boun, abrazando sutilmente la cintura de Prem, como quién marca su territorio.

Mew quiso reír ante éste acto infantil, pero no había tiempo para ello.

Rápidamente el mayor se dirigió a la cocina y se encontró a Gulf de espaldas en el fregadero y a Supanut sentado en la isla dela cocina mientras le platicaba de algo trivial y relacionado con su pareja. Ambos se giraron en cuanto Mew carraspeó y esa fue una clara señal para Supanut, puesto que en cuanto vió a Mew no dudó en ponerse de pie dejarlos solos.

Mew lo agradecía por dentro.

— ¿Ya te vas? — inquirió Gulf en un tono suave —. Estaba pensando en que te quedaras un poco más, así podría preparar algunas botanas y buscar algo divertido en la televisión. ¿Qué te parece? — prosiguió, siendo totalmente ignorante de como el mayor lo miraba y de lo que su mirada transmitía.

Mew suspiró. Un suspiro vencido que captó por completo la atención de Gulf. Solo entonces se percató de lo pálido que lucía el rostro de Mew y de los distorsionadas que eran sus expresiones vacías, y eso lo asustó sobremanera, puesto que nunca lo había visto así. Tan hundido y ajeno.

» — ¿Sucede algo? — se atrevió a preguntar, dejando de lado lo que hacía para acercarse a paso rápido al mayor.

Gulf era lánguido en comparación a Mew. Su piel clara y facciones delicadas lo hacían lucir vulnerable ante cualquier situación, y eso era algo que Mew odiaba, puesto que era débil ante un Gulf que irradiaba temor.

Él no tenía intención de lastimarlo en primer lugar, pero quería una respuesta y ceder ante la delicadeza de Gulf no era una opción viable. Entonces supo que lo mejor era ser directo y evitar los rodeos o cualquier cosa que pudiera llevarlos a una confrontación.

Plapod ya lo había lastimado bastante y él, definitivamente, no haría lo mismo.

Tomó aire y despejó su cabeza de cualquier pensamiento intrusivo. Miró a Gulf a los ojos y se dispuso a hablar.

Tenía una sola oportunidad de hacer las cosas bien. Una sola oportunidad para que Gulf hablara. Si después de eso Gulf le negaba la paternidad de su hijo, Mew no tendría más pesar en sus acciones y se iría por la vía legal.

Una cosa era lo mucho que adoraba a Gulf, y otra, muy diferente, era su paternidad.

— Gulf, ¿soy el papá de Mild? — interpeló sin rodeos ni miramientos. Aunque su cuestionamiento fue directo, su voz había sido suave para evitar asustar al menor —. Escuché tu conversación con Prem, por lo que creo que me merezco una respuesta y una explicación con respecto a la paternidad de Mild, ¿no lo crees?.

Para ese punto Gulf estaba en un estado de verdadero pánico. Era incapaz si quiera de mover una sola pestaña por voluntad propia. Su cuerpo estaba congelado, aún sin importar lo caliente que fuera el clima esa noche. Se encontraba en un especie de limbo surrealista, dónde creía que todo se trataba de un mal sueño y que pronto despertaría de él.